La Ciudad Autónoma había optado, en el marco que establecía la Ley, por la reducción del precio de las marcas de tabaco, de acuerdo con los estanqueros de la ciudad. La Consejería de Economía y Hacienda comunicó a los vendedores autorizados la entrada en vigor de la nueva política de tarifas a partir del día 1 de agosto, de manera que los estancos agotaran la mercancía en los almacenes para no sufrir pérdidas, como consecuencia del espectacular descenso de precios. En otro orden de cosas se acababa de presentar el servicio de teleasistencia a domicilio, proyecto que había hecho posible Imserso y Bienestar Social. Los usuarios con un teléfono de grandes dígitos y con tan sólo apretar un botón colgado de una cadena, accedían a una terminal del centro que facilitaba compañía, seguridad y otras atenciones.
