Las fuerzas de orden intervinieron violentamente, defensa en mano, frases soeces y conminativas contra los inmigrantes centroafricanos concentrados ante la Delegación del Gobierno. Los africanos fueron conducidos al callejón entre la Delegación y Endesa. 36 fueron detenidos, otros regresaron al antiguo hospital de Cruz Roja donde residían pero el resto, más de cien, fueron expulsados al otro lado de la alambrada que separa Melilla de Marruecos, y rechazados a su vez por la policía marroquí, por lo que quedaron en tierra de nadie sin conocer su destino. El delegado del Gobierno, el socialista Manuel Céspedes, afirmó que el desalojo fue la única acción posible porque rechazaron el diálogo. Las fuerzas de orden intervinieron violentamente, defensa en mano, frases soeces y conminativas contra los inmigrantes centroafricanos concentrados ante la Delegación del Gobierno. Los africanos fueron conducidos al callejón entre la Delegación y Endesa. 36 fueron detenidos, otros regresaron al antiguo hospital de Cruz Roja donde residían pero el resto, más de cien, fueron expulsados al otro lado de la alambrada que separa Melilla de Marruecos, y rechazados a su vez por la policía marroquí, por lo que quedaron en tierra de nadie sin conocer su destino. El delegado del Gobierno, el socialista Manuel Céspedes, afirmó que el desalojo fue la única acción posible porque rechazaron el diálogo.
