Por desgracia, la unidad que hace dos décadas hubo en España para hacer frente a ETA está faltando ahora, cuando aún es muy necesaria aunque la banda anunciara a finales de 2011 el cese definitivo de la actividad armada. No hay que olvidar que ETA aún no se ha disuelto, y que además, España, como el resto del mundo, está expuesta al terrorismo que protagonizan unos fanáticos fundamentalistas en nombre de una falsa religión Melilla se sumó ayer a los homenajes que a lo largo y ancho de la geografía española se han sucedido estos días en memoria de Miguel Ángel Blanco, cuyo secuestro mantuvo en vilo durante 48 horas a todo un país, y su posterior asesinato, levantó a toda la sociedad contra la barbarie terrorista. Ayer lo apuntaba el presidente Imbroda tras el acto celebrado en Melilla: los cientos de asesinatos cometidos por ETA fueron viles, pero el de Miguel Ángel Blanco hizo reaccionar a la sociedad levantando los cimientos del Espíritu de Ermua, que supuso el principio del fin de la banda terrorista después de décadas de atentados. Por eso ahora, cuando se cumplen 20 años, no son pocos los municipios y regiones que recuerdan lo que pasó en aquellos días de incertidumbre y dolor de mediados de julio de 1997, sin que eso suponga destacar a unas víctimas sobre otras, como lamentablemente algunos han intentado dar a entender para justificar su negativa a ensalzar la figura del joven edil de Ermua asesinado, tiñendo de política actos donde las siglas, simplemente, no tienen cabida.
Por desgracia, la unidad que hace dos décadas hubo en España para hacer frente a ETA está faltando ahora, cuando aún es muy necesaria aunque la banda anunciara a finales de 2011 el cese definitivo de la actividad armada. No hay que olvidar que ETA aún no se ha disuelto, y que además, España, como el resto del mundo, está expuesta al terrorismo que protagonizan unos fanáticos fundamentalistas en nombre de una falsa religión. Lo dijo ayer Gloria Rojas, secretaria general electa del PSOE en Melilla: la lucha contra el terrorismo es un tema de Estado que nos afecta a todos, ciudadanos y partidos políticos, que debemos seguir dando la lección de unidad que se dio en España desde 1997 y que tan buenos frutos dio porque aquello permitió acabar con la barbarie terrorista después de varias décadas.
Las diferencias políticas que se han mostrado públicamente estos días en torno a este asunto nos debilitan frente al terrorismo. Por eso ahora, cuando de nuevo sufrimos la amenaza que se extiende por todo el mundo, España debe volver cuanto antes a aquella unidad que nos dio fortaleza como país y sociedad, dando un ejemplo a todo el mundo y arrinconando a quienes pretendían imponer a base de violencia y terror. Eso es una tarea de todos, sin colores políticos ni creencias religiosas, si de verdad queremos que aquello nos funcionó hace 20 años lo haga ahora también.
