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Cómo cruzar la frontera sin morir en el intento

Los días previos al comercio atípico los porteadores a motor convierten a los melillenses en «rehenes» copando todos los carriles de acceso de Beni-Enzar a Melilla Esta frase, propia de películas, bien que saben afrontarla los melillenses que pasan la frontera en momentos propicios en los que apenas hay movimientos pero que a la vuelta se topan con una verdadera sorpresa en forma de caos imposible de definir. Así las cosas, los habitantes de esta ciudad han visto cómo desde que redujeron a cuatro las horas del contrabando, los perjudicados no fueron sólo los afectados -tanto los trabajadores del comercio atípico como los comercios que les venden-, sino principalmente los propios melillenses, que nos hemos convertido en los «rehenes» de esta actividad, que unos llaman comercio atípico, otros comercio fronterizo y unos últimos que sencillamente se refieren a la misma como contrabando.

Independientemente de la denominación elegida para el trabajo de los porteadores que compran mercancías (o en su caso les encargan este cometido otros personas con más medios) y luego revenden a un mayor precio en el país vecino, lo cierto es que los regresos a Melilla por la frontera de Beni-Enzar los días previos a este comercio, como son los domingos desde por la tarde, los lunes, martes y miércoles, se convierten en una verdadera ratonera. Los porteadores a motor hacen todo tipo de maniobras para ser los primeros en las colas, sin importarles poner en riesgo no sólo su integridad física sino también la del resto de personas que no se dedican a esta actividad. Así ocupan todos los carriles de entrada a Melilla, ante la impotencia de la policía marroquí, que no puede poner orden entre tanto caos, lo que obliga en la mayoría de las ocasiones a los melillenses a tener que entrar por un carril prohibido (en esta caso el de acceso desde Melilla a Beni-Enzar) para llegar a nuestra ciudad, eso sí después de haber soportado esperas de varias horas, en algunas ocasiones de más de cuatro. También asisten al «espectáculo» de coches descendiendo por las escaleras para buscar la mejor posición.

Con todo este panorama, es un verdadero milagro que no haya ocurrido ninguna desgracia en esa carrera que se produce entre los porteadores por ser los primeros en ocupar posiciones, para aprovechar las escasas cuatro horas que establecen las autoridades para ejercer el comercio.

Sería por ello bueno que desde Delegación se valorara si la medida de reducir desde las 07,00 horas hasta las 11.00 el comercio atípico ha servido para los intereses que se establecieron, teniendo en cuenta la considerable reducción de la Operación Paso del Estrecho que pasa por Melilla, o por el contrario lo único que ha conseguido es bloquear aún más el paso y lo, que es peor, convirtiendo a los melillenses en rehenes de quienes tienen tomados los puestos fronterizos, copando todos los carriles mientras el resto de ciudadanos tienen que aguantarse y en ocasiones corriendo un serio peligro cuando en el lado marroquí se forma la que se forma en los días previos al comercio atípico.

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