Decenas de personas, unas 200 según la Comunidad Islámica de Melilla ‘Annur’, asistieron ayer a la primera manifestación celebrada en Melilla para solidarizarse con el pueblo de Alhucemas y reclamar la libertad de los presos políticos. Según anunciaron los organizadores, seguirán convocando movilizaciones en la ciudad hasta que liberen a los activistas del Movimiento Popular del Rif. La marcha pacífica partió de la Mezquita Central y finalizó frente a la Delegación del Gobierno. Muchos de los asistentes cruzaron la frontera con el único propósito de participar en la manifestación, en que la que no se dejó de pedir justicia, dignidad y libertad para la población del norte de Marruecos. Ayer tuvo lugar la primera manifestación celebrada en Melilla en solidaridad con el pueblo del Rif. La Comunidad Islámica ‘Annur’, organizadora de la marcha, cifró la participación en unas 200 personas. Los asistentes partieron de la Mezquita Central y llegaron hasta la Delegación del Gobierno de forma pacífica, sin que hubiera que lamentar incidente alguno.
Los manifestantes no necesitaron de altavoces. Se dejaron la voz en el camino para reivindicar la libertad de los presos políticos y justicia para el Rif. A la cabeza de la manifestación, una enorme pancarta con los rostros de varios activistas detenidos, Nasser Zefzafi entre ellos, principal icono de las revueltas de Alhucemas.
Las mujeres, al igual que ocurre en las protestas del Rif, tomaron la voz cantante durante buena parte de la marcha de ayer. Mientras, los manifestantes ondearon con orgullo la bandera de la República del Rif, terminantemente prohibida en Marruecos, y la de la comunidad ‘Amazigh’. Con los tres dedos constantemente en alto pidieron libertad, dignidad y justicia social para la zona del norte de Marruecos.
Lugar para la esperanza
Muchos de los manifestantes cruzaron la frontera con el único propósito de asistir al acto en solidaridad con las protestas de Alhucemas. Es el caso de Dunia, una joven de Nador, que no pierde la esperanza en que los gobiernos de Melilla y España terminen por llamar la atención de las autoridades marroquíes “por lo que están haciendo” en el valle del Rif.
“Los jóvenes no tienen ningún futuro. No pueden detener a la gente por pedir trabajo, universidades y hospitales. Va en contra de los derechos humanos”, aseguró Tamimount a este diario.
Ella lleva 20 años viviendo en Melilla, pero algunos de sus hermanos siguen en Alhucemas, donde la situación, sostuvo, es crítica. “Varios hermanos han muerto de cáncer por la maldita guerra. Necesitan hospitales para terminar con esa tragedia”, expuso.
Su sobrina, Zoubna, también es de Alhucemas, pero está estudiando en Oujda. Según explicó la joven a MELILLA HOY, ella tiene suerte de poder ir a la universidad, pero muchos rifeños no pueden permitirse estudiar en otra ciudad. “Hemos sido olvidados y abandonados por Marruecos. No tenemos miedo porque ya no tenemos nada que perder”, afirmó. “Vamos a seguir protestando, aquí y allí, hasta que suelten a los presos y piensen en el Rif”.
Más movilizaciones
El presidente de la Comunidad Islámica de Melilla ‘Annur’, Yussef Kaddur, explicó ante los medios que reivindican al Gobierno de Melilla “lo que no podemos reivindicar al de Marruecos”. Es decir, esfuerzo y colaboración para que suelten a los presos políticos, cifrados en más de 200 según los integrantes del Movimiento Popular del Rif.
“Tenemos que estar unidos. Hoy son ellos, mañana podemos ser nosotros”, instó el organizador. Según aseguró Kaddur, se seguirán organizando manifestaciones en Melilla hasta que los presos políticos de Alhucemas sean finalmente liberados.
Postura de España
También tomó la palabra el presidente de la Asamblea Mundial Amazigh, Rachid Raha. Lamentó que los activistas estén siendo “injustamente” recluidos en cárceles del Rif y Casablanca e instó al Gobierno de España a tomar una postura al respecto.
En este sentido, recordó que existe un tratado firmado por Marruecos y España en el que se habla del respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales. “El reino de Marruecos está violando los derechos fundamentales de manera descarada y el gobierno español no puede quedarse en silencio y de brazos cruzados. Tiene que obligar al país vecino a que respete la Carta Universal de los Derechos Humanos”, manifestó Raha.
