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Llegan 22 inmigrantes en una lancha deportiva camuflándose tras el ferry y entre regatistas

Veintidós inmigrantes de origen subsahariano, seis de ellos mujeres, desembarcaron ayer en la playa del Hipódromo, a la que llegaron a bordo de una embarcación deportiva aprovechando la salida del barco de Almería y la regata que en esos momentos se estaba disputando en la bahía melillense para burlar el control de vigilancia fronteriza de la Guardia Civil. El patrón de la embarcación fue detenido como presunto autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros. El desembarco de los inmigrantes se produjo en torno a las 14.15 horas, cuando muchos melillenses trataban de combatir con un baño en la playa la alerta amarilla decretada por altas temperaturas.
Según los datos aportados por la Delegación del Gobierno en Melilla, los 22 inmigrantes, todos adultos y de origen subsahariano, iban a bordo de una embarcación deportiva con un potente motor. A simple vista no parecía que fuera una patera, pues una lona cubría a los ocupantes de la lancha. Los inmigrantes no se quitaron la lona de encima hasta que no estuvieron ya en la orilla.
Pero antes de llegar a la playa, tuvieron que atravesar la bahía melillense sin ser interceptados por la Guardia Civil. Para ello, se ayudaron del superferry Sorolla de Trasmediterránea, que salía a las 14.00 horas del puerto de Melilla rumbo a Almería. Los 172 metros de eslora de este buque fueron una pantalla perfecta para que la patera fuera ganando metros en dirección a la playa sin ser detectada por el servicio de impermeabilización fronteriza.
Unos metros más adelante, los inmigrantes se ayudaron de una competición de vela ligera que se estaba disputando en ese momento con casi un centenar de embarcaciones de las clases optimist, láser 4.7, radial y raceboard. La embarcación deportiva en la que viajaban los subsaharianos se camufló entre los participantes de la regata, consiguiendo pasar desapercibida hasta que siguió adelante y se metió en la zona de baño de la Playa del Hipódromo para desembarcar en la orilla.
Fue entonces cuando los inmigrantes retiraron la lona y dejaron ver ante el Servicio de Salvamento que se trataba de una entrada irregular a territorio nacional. Los socorristas llamaron a la Guardia Civil, que se personó inmediatamente en la playa con varias patrullas y atendió a los inmigrantes, que fueron situados bajo las sombrillas para evitar una sobreexposición al sol. Muchos de ellos llevaban llamativos chalecos naranjas, y algunos teléfonos móviles, con los que hicieron llamadas una vez en la arena, probablemente para informar a sus allegados de que habían conseguido llegar a territorio español.

Maniobra de las mafias
Los bañistas ofrecieron a los inmigrantes agua y comida mientras se comprobaba que todos estaban en buen estado y se trataba de identificar al patrón de la embarcación, que fue finalmente detenido como presunto autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
Posteriormente, la Guardia Civil fue trasladando a los ocupantes de la patera en varios grupos, primero las mujeres y después los varones, hasta el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI).
Para la Delegación del Gobierno, la forma en la que han accedido los inmigrantes a Melilla, escondiéndose tras un barco, bajo una lona y entre regatistas, es interpretada como “una maniobra cuidadosamente estudiada por las mafias que trafican con seres humanos”.

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Redacción

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