Richard Boateng es desde ayer domingo nuevo jugador de la U.D. Melilla y llega para reforzar el plantel azulino de cara a poder jugar la próxima temporada el Play-Off de ascenso a Segunda División A. El medio centro de Accra (Ghana), de 25 años de edad, llega procedente del Extremadura U.D.
La entidad que preside Luis Manuel Rincón resalta que la historia de Richard Boateng con la U.D. Melilla viene de lejos. «Ha sido la de un idilio irrealizado e inconcluso; la de un interés mutuo que no había terminado de transmutar en relación hasta la fecha. Es la historia de un amor que, desde este domingo, comienza a pintarse de azul. Con la llegada del ghanés, es un hoy un poco más fuerte que ayer».
Boateng es un prodigioso ‘todo campista’, nacido en Accra el 10 de julio de 1992, que llegó a España con apenas 18 años, en concreto al juvenil del Granada C.F. y, tras año y medio en el club rojiblanco, fue cedido al Cádiz B de Tercera División.
Un año más tarde volvió a jugar a préstamo, esta vez en el San Roque de Lepe y en Segunda B. Debutó en la categoría, jugándolo todo, un total de 36 partidos, y siendo uno de los jugadores más destacados de equipo. Tras el descenso del equipo onubense retornó al filial nazarí, donde fue indiscutible. En ese curso, y de la mano de Lucas Alcaraz, llegó a debutar con el primer equipo en San Mamés y ante el Athletic de Bilbao.
Las siguientes dos campañas, en el Granada B, volvió a disputarlo prácticamente todo. Su potencia, talento y capacidad de llegada desde la segunda línea lo hacen un jugador diferente, único. Destaca por su polivalencia y, desde luego, su sobresaliente capacidad física le hace abarcar una gran cantidad de campo.
La pasada temporada, tras su desvinculación con el Granada, marchó a Chipre para jugar en Primera División con el Aris de Limassol, pero una irrechazable oferta del Extremadura (que a base de talonario salvó al equipo de la quema) hizo que el medio centro africano hiciera de nuevo las maletas rumbo a España en el mercado de invierno. En Almendralejo fue uno de los grandes artífices de la salvación, convirtiéndose en uno de los ídolos de su afición gracias a su entrega, pasión y talento.
Ya en la visita del Melilla al Estadio Francisco de la Hera, los melillenses pudieron comprobar in situ los argumentos futbolísticos del ghanés, que completó un partidazo que sirvió de poco a su club, ya que acabó perdiendo por 0-1 ante la escuadra unionista.
En aquel partido, Boateng lloraba mientras varios jugadores unionistas intentaban consolarle en una foto que dio la vuelta a España. Todo el esfuerzo puesto en el césped no valió de nada, ya que evidenciaba la frustración de un jugador que siempre da todo por su equipo. «Hoy, aquellas lágrimas de tristeza, bien pueden ser de alegría. Llega a un equipo con grandes aspiraciones, con un bloque cada vez más unido e ilusionado que, con fichajes como este, dará mucho que hablar», afirma el club melillense.
