La Ciudad Autónoma ha venido defendiendo que la Semana Náutica es una de las inversiones más rentables de cuantas se organizan en Melilla a lo largo del año El lunes se presentaba oficialmente en el Club Marítimo la edición vigésimoprimera de la Semana Náutica de Melilla que a nivel deportivo es, sin duda alguna, el evento náutico más relevante del verano melillense. Pero también, sin duda alguna, se trata de una de las citas anuales que en cada edición llega siempre rodeada de una considerable polémica a nivel local, tan solo igualada por la que cada año origina también la Feria Internacional de Turismo, Fitur.
Ya en ediciones anteriores y como consecuencia de la complicada situación económica por la que atravesaba por entonces el país, la administración autonómica optó por no emprender medidas que conllevaran gastos innecesario que pudieran ser catalogados de despilfarro.
Eran tiempos en los que Miguel Marín, por entonces presidente del Comité Organizador, indicaba que el evento no iba a conllevar costes al margen del apartado estrictamente deportivo. Y cierto es que en las últimas ediciones se fueron eliminando todos los gastos prescindibles, desde los desayunos que se ofrecían en el Hotel Tryp para regatistas y miembros de la organización pasando, por supuesto, por todas las comidas y copas que se ofrecían a diferentes colectivos a lo largo de la semana, gastos de publicidad, cartelería y merchandising, alojamientos e incluso se acometió la reducción de la cuantía de los trofeos.
En este contexto, el presupuesto ha ido experimentando recortes hasta pasar de los 250.000 euros en 2011 a los 90.000 previsto para la actual edición, por parte de la Ciudad Autónoma. No obstante, existen más gastos de actividades paralelas que son sufragados por otros organismos colaboradores o empresas patrocinadoras como es el caso de Trasmediterránea que se hace cargo de la actividad desarrollada por Acciona la Vela, dirigida a personas con discapacidad.
Y en este punto, la Ciudad ha venido defendiendo que se trata de la inversión más rentable de cuantas organiza la Ciudad a lo largo del año, teniendo en cuenta que a raíz de las encuestas entre regatistas realizadas hace un par de años la organización detectó que la media diaria de gastos de un regatista giraba en torno a 150 euros. Teniendo en cuenta que cada participante suele permanecer en Melilla cerca de diez días, los gastos de establecimientos hoteleros, restaurantes y comercios supera, y mucho, el presupuesto invertido. Otro aspecto es que tal como reconocían el lunes todos los representantes de organismos e instituciones que acudieron a la presentación, al margen del aspecto deportivo, la Semana Náutica se ha convertido también en un acontecimiento social, lúdico, cultural y turístico que constituye uno de los mejores escaparates de Melilla en el exterior y uno de los mejores reclamos turísticos de la ciudad. Y si verdaderamente durante el desarrollo del evento se desplazan a Melilla entre 300 y 500 personas, el resultado sería una importante fuente de ingresos muy bien recibida en unos momentos donde ni la hostelería, ni el comercio local atraviesan una situación pujante, por lo que esta inyección de clientes podría proporcionarles, al menos temporalmente, un cierto desahogo. Habrá que estar, por tanto, atentos a los resultados para poder analizar si realmente resulta rentable y se trata de un evento no sólo desechable sino beneficioso para la temporada de verano en la ciudad.
