Ahora, habrá que esperar una valoración detallada por parte de la organización de los resultados logrados al margen de los estrictamente deportivos, es decir, económicos, niveles de aceptación por parte del público de las actividades paralelas o repercusión mediática tanto local como nacional, entre otros aspectos. Fitur, Semana Santa, Semana de Cine, Semana Náutica, Feria o Navidad son, entre otros, algunos de los denominados grades eventos que ofrece la ciudad a lo largo del año. Unas actividades que por su trascendencia, duración, contenido o por su presupuesto suelen conllevar ciertas polémicas ya que difícilmente tienen la capacidad de contentar a todos los sectores poblacionales.
Ayer conocíamos que el próximo mes arrancarán ya los motores de los preparativos para la nueva edición, en esta ocasión la vigésima, de la Semana de Cine de Melilla. Un evento de naturaleza cultural que proporciona a los numerosos cinéfilos de la ciudad la posibilidad de disfrutar durante unos días de una programación que no sería posible ofrecer de otro manera, al disponer Melilla tan solo de una sala, el Cine Perelló, tras ir desapareciendo paulatinamente el Monumental, Nacional, – en la actualidad recuperado como teatro Kursaal-, Avenida, Real Cinema, Alhambra o Victoria, entre otros. Una circunstancia que impide la visión en pantalla gigante de muchos de los títulos de interés que se estrenan en otras ciudades cada temporada. En definitiva, una semana de cine que, en su modestia cumple, y bien, sus objetivos, teniendo en cuenta su reducido presupuesto con respecto a grandes eventos cinematográficos incluso tan cercanos geográficamente como el de Málaga, pero que disponen de abultadas partidas presupuestarias y grandes medios materiales y humanos para su desarrollo.
Y mucho más cercana en el tiempo es la Semana Náutica Ciudad de Melilla cuya vigésimoprimera edición se clausuró el pasado martes con la entrega de trofeos a los vencedores de la regata en el Hotel Tryp Melilla Puerto. Un acto en el que el presidente del Comité Organizador, Antonio Miranda, ya señaló, a modo de balance general y escueto, que la Semana Náutica había sido un éxito.
Ahora, habrá que esperar una valoración detallada por parte de la organización de los resultados logrados al margen de los estrictamente deportivos, es decir, económicos, niveles de aceptación por parte del público de las actividades paralelas o repercusión mediática tanto local como nacional, entre otros aspectos, para poder analizar en profundidad si tal como ha reiterado el ejecutivo local en repetidas ocasiones, el evento es uno de los más rentables o incluso el que más, de cuantos lleva a cabo la Ciudad Autónoma desde el punto de vista económico, o no es así y, por tanto, sería necesario replantear si compensa justificar su continuidad, en base a la promoción y la imagen que proporciona a la ciudad.
