El acusado de un presunto robo con intimidación reconoció en el juicio, celebrado esta semana en el Penal número 2 de Melilla, que el pasado 8 de agosto robó varias botellas de whisky del Supersol del Paseo Marítimo. Sin embargo, negó que hubiera amenazado al encargado del establecimiento con un cuchillo y afirmó que devolvió la botella al trabajador “por miedo a represalias”. La policía no encontró el arma, pero el agente apuntó en la vista que el encausado pudo arrojar el cuchillo al mar antes de que su intervención. El fiscal reclama tres años de prisión para el procesado. Un hombre podría ir a prisión con una pena de tres años, como reclama la Fiscalía de Melilla, por ser el presunto autor de un robo con intimidación. Se le acusa de robar tres botellas de whisky en el Supersol del Paseo Marítimo y amenazar con un cuchillo al encargado del establecimiento.
Los hechos denunciados se corresponden al 8 de agosto y esta semana fueron llevados ante el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla. El procesado, que se acogió a su derecho a declarar, reconoció la parte correspondiente al robo de las botellas con bebidas alcohólicas.
Según expuso, entró una primera vez al Supersol, cogió una botella y sin abonar el pago, se marchó. Después de bebérsela, volvió al establecimiento y cogió otras dos botellas.
Lo que no admitió el encausado es que hubiera sacado un cuchillo al encargado del supermercado. Explicó que, al salir del establecimiento, el trabajador le persiguió para reclamarle la botella y que él se la devolvió "por miedo a represalias".
Al preguntarle el fiscal si dijo al encargado "vete de aquí, o te rajo" en chelja, el acusado, sin negarlo ni confirmarlo, respondió que no sabía lo que hizo porque se encontraba bajo los efectos del alcohol.
Tras devolver la botella, siguió explicando al acusado, fue a la playa y se metió en el agua. Al salir fue detenido por la Policía Local.
Cuchillo de mango negro
El encargado del Supersol aseguró que el procesado le sacó un cuchillo "de mango negro". Según relató, fue una compañera quien le avisó de que por segunda vez el hombre salía del supermercado sin pagar las bebidas alcohólicas sustraídas. Entonces, corrió detrás del encausado y vio que portaba dos botellas.
Afirmó el trabajador que comenzó un forcejeo con el acusado, que se resistía a devolverle las botellas robadas. "Forcejeando conseguí recuperar una", expuso. Según su versión, fue entonces cuando el encausado sacó el cuchillo, al ver que el testigo intentaba recuperar la segunda botella.
"Mi compañera llamó a la Policía Local cuando nos vio forcejeando", apuntó el encargado del establecimiento. Según señaló, él reculó al ver el cuchillo y el procesado se dirigió a la playa. Apuntó que cuando llegó la policía el encausado se encontraba desvestido.
"No vimos el cuchillo"
El agente de la Policía Local que detuvo al procesado explicó que él y sus compañeros encontraron al procesado en la playa de San Lorenzo. "Vimos al hombre con una botella de whisky corriendo hacia nosotros. Iba mojado y descalzo. Sólo llevaba una bermuda", relató.
Según expuso, no localizaron el cuchillo. "Seguramente lo tiraría al agua", valoró el agente.
Pena subsidiaria
Tras escuchar las declaraciones, el fiscal sostuvo su petición de una pena de tres años de prisión por robo con intimidación. Además, propuso una pena subsidiaria por el delito continuado leve de hurto, consistente en una multa de 540 euros.
La defensa incidió en que no se localizó el cuchillo denunciado, por lo que no queda acreditado que hubiera portado ningún arma blanca.
La magistrada del Juzgado de lo Penal número 2 decidirá.
