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Enrique Bohórquez: “No puedo imaginarme esta ciudad sin el MELILLA HOY”

Enrique Bohórquez López-Dóriga está al frente de MELILLA HOY y SODEMEL

La revista "Zoom Melilla" ha realizado una entrevista al Editor del periódico MELILLA HOY e impulsor de la Sociedad de Desarrollo de Melilla (SODEMEL), Enrique Bohórquez López-Dóriga, en la que valora tanto la trayectoria del periódico como el nacimiento de esta sociedad privada. La entrevista que a continuación ofrecemos íntegra es obra de Jaume Amills, con fotografías de Manoli R. Poco recuerda de su llegada a Melilla cuando tenía apenas dos años de vida. Imágenes difusas de una ciudad anclada en los opacos años cincuenta y los primeros sesenta. Una ciudad impregnada todavía por la iconografía militar. Recuerda a José María Antón como el que fue su gran profesor. Un profesor exigente y que nunca suspendió al que en aquel momento era un joven de catorce años que pasaba a bachillerato con dos años de adelanto. Recuerda que la lectura marcó su vida. Recuerda que una vez quiso ser presidente de este país. Recuerda que ayer y hoy, soñó con cambiar el mundo, y de alguna forma lo logró, cambiar su mundo. Son muchas las vidas que caben en una. Enrique Bohórquez estudió Económicas y llegó a ser profesor en la Universidad de Madrid. Participó en la edición de distintos periódicos en Madrid y Andalucía. Recuerda con especial cariño su etapa en Córdoba. De ahí regresó a Melilla como Christopher Voggler en el Viaje del Héroe, con el elixir de la sabiduría, dispuesto a compartirlo. Y en el año 1985 llegaba MELILLA HOY.

32 años después Enrique Bohórquez nos sorprende con un nuevo proyecto. SODEMEL.

¿Qué sientes cuándo recorres emocionalmente estos últimos treinta y dos años que separan la realidad que vivimos de aquella que te vio arrancar como Editor de MELILLA HOY?
El arranque fue más que complicado. Fue tan complicado y me encontré con tantos obstáculos, que desde un principio constituyó un reto. Pensé: "Tal vez muera yo, pero el proyecto no". Afortunadamente ni morí yo, ni murió el proyecto. Fue una batalla tremebunda para cambiar Melilla. Creo que desde la aparición del periódico, MELILLA HOY se convirtió para Melilla en un elemento transformador, hasta el punto que al menos yo, no puedo imaginarme esta ciudad sin el MELILLA HOY.

Década de los 80. Una época muy convulsa. Fue la época de Dudú, la época de un PSOE exultante cantando mayorías absolutas en todo el país. ¿Qué te propusiste cambiar desde la perspectiva de ejercer de responsable de un nuevo periódico?
Melilla ya no podía ser una ciudad militar. Había que pasar página. Por otro lado habían muchos ciudadanos de origen marroquí que no tenían acceso a los mismos derechos que el resto. Llegué también a la conclusión que todo este segmento de población podía tener más interés en defender Melilla como ciudad española, precisamente por tener sus orígenes en esta región y haber crecido y vivido en Melilla, que otros ciudadanos de origen peninsular que estaban aquí, en muchos casos destinados temporalmente. Defendí firmemente las aspiraciones de la comunidad bereber melillense. Redefinir su rol en la sociedad para que de una vez se convirtieran desde el punto de vista legal y social en españoles de pleno derecho. Lo que para la gran mayoría todo esto es hoy algo normalizado, en aquel momento, mi compromiso, editorial y personal me costó críticas muy duras. Nos llamaron "El Farhana Hoy", quemaron nuestros periódicos en la Plaza España. En fin, valió la pena. Y lo sé cuando me encuentro a compañeros, amigos o ciudadanos anónimos del colectivo amazigh melillense que me lo recuerdan y aún hoy tienen para mí palabras de gratitud.

La prensa ha cambiado mucho en el continente y en el contenido. ¿Qué echas de menos y qué echas de más en ambos momentos? ¿Son las redes sociales el ocaso de la prensa?
Yo entiendo que el tiempo es un elemento inexorable en todas las profesiones, en todos los sectores. Por supuesto que ese olor a tinta, la imprenta misma, toda esa forma artesanal de trabajar y de ofrecer la información. Leer un periódico a papel suponía un ritual. Y todo ese universo impregna de romanticismo y de una cierta mística todo el mundo de la prensa fundamentalmente del siglo XX. Pero como te decía los tiempos cambian y hay que adaptarse. ¿Mejor? ¿Peor? Hay, como en todo, aspectos positivos y otros no tanto. Las redes sociales son hoy ineludibles. Son un gran canal de información. Hay quienes leen teletipos. Es evidente que la información llega bruta y sin análisis, que puede ser un coladero de noticias sin contrastar; que a veces contienen calumnias y rozan la ilegalidad, pero no nos queda otro remedio que estar dentro si queremos dignificar este nuevo escenario y formar parte de él para mejorarlo.

¿Y en cuanto a los profesionales? ¿Se echa de menos cierta rebeldía? ¿Sigue siendo la prensa el cuarto poder?
Si nos centramos en el tema de Melilla, que es una especie de ciudad estado y laboratorio donde se experimentan cosas que son válidas: Yo siempre he alzado la voz por aquello que he creído justo. Nadie nunca se ha atrevido a intentar dictarme una opinión. Por tanto no; no me siento identificado con ese maximalismo ñoño y anticuado que sentencia que hoy la prensa no es creíble.

Hablábamos del tiempo. Ese caballero seductor que nos abduce y nos hace viajar y otras veces nos pone delante de un espejo. En cualquier caso, esa fuerza que nos cambia la vida y traslada o nos devuelve lo mejor y lo peor de la factura de la vida. Por ejemplo; una vez escuché que a veces las respuestas llegan antes que las preguntas.

En fin, yo llevo dándole vueltas hace tiempo a un proyecto que por fin tengo a bien presentarlo. Y que persigue un objetivo muy claro. Y seguramente tiene mucho que ver con esa reflexión sobre las preguntas y las respuestas. Mira, a pesar de que vivimos en un país que tiene un gobierno que se dice liberal, o de centro-derecha, las políticas económicas que se llevan a cabo son casi del socialismo del siglo XX. Casi todos los sectores están intervenidos. Eso tiene mucho que ver con la independencia de la que antes hablábamos respecto a la prensa. Existe un intervencionismo y una excesiva influencia del aparato del estado que hay que liquidar. En eso consiste mi próximo proyecto. Aquello que este momento me recuerda, por las suspicacias que ya ha despertado, en los tiempos fundacionales de MELILLA HOY. Cuando la gente decía: "esto no va a funcionar"

Estamos hablando de SODEMEL.

En efecto. SODEMEL. MELILLA, VISION 2020. Un proyecto que tiene como objetivo explorar las posibilidades de expansión económica para nuestra ciudad. Creo que ha llegado el momento de pasar de las teorías keynesianas -muy apropiadas para determinados momentos- a indagar en aspectos como la privatización real de los servicios y otros ámbitos de nuestra ciudad.

¿Privatizar Melilla?
Si. ¿Por qué no? No debemos ser conservadores y pensar que lo público es mejor porque es de todos. Al final lo público puede estar fuera de nuestro control. Puede llegar a ser demasiado hermético y generar actitudes elitistas. SODEMEL tiene como objetivo privatizar la ciudad, cualquier sector, cualquier industria, Y con ello atraer inversión. Conseguir que grandes empresas se asienten en nuestra ciudad porque entiendan que aquí hay un potencial y creen así puestos de trabajo de calidad.

Por ejemplo, la ampliación del Puerto de Melilla, es muy positiva, es una buena idea. Pero no puede ser un fin en si misma. Ese nuevo espacio tiene que ser un vivero competitivo para nuevas empresas que aporten un producto atractivo. El suelo, hoy en manos del Ministerio de Defensa; debería privatizarse y de este modo se podría optimizar el potencial urbanístico que tiene nuestra ciudad, hoy paralizada. Pero hay muchas más cosas que se pueden mejorar en este sentido. Servicios de bomberos o Policía Local, gestión de puertos y aeropuertos. Educación y sanidad. Se abren ventanas hacia nuevas interpretaciones sociales y económicas de Melilla que hoy son inimaginables porque las empresas y las personas se han acostumbrado a vivir de las subvenciones porque no existe una industria potente. Bien, SODEMEL dice: Creemos esa industria.

¿Y qué papel tendría SODEMEL en esa búsqueda?
Te puedo decir que yo, Enrique Bohórquez o MELILLA HOY no tiene el más mínimo interés en entrar en ningún concurso para acceder al control de ninguna de las potenciales empresas que pudieran llegar a privatizarse. Mi único interés en este asunto es poner en funcionamiento SODEMEL para promover el desarrollo y la riqueza en Melilla y la provincia de Nador, tratando de influir también en las relaciones entre España y Marruecos. Queremos ser un puente que ponga en contacto y que una a empresas del sector privado con los distintos agentes públicos promoviendo la privatización y desmantelando lo que a mi juicio es un formato de estado obsoleto.

¿Cuál es la razón que impulsa a Enrique Bohórquez a continuar?
Es una mezcla de pasión por la vida, determinación en defender aquello en lo que creo y es por encima de todo una cuestión de compromiso con esta ciudad y con su gente.

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