El consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, afirma que la nueva edición del programa de educadores de calle que lleva una semana "está funcionando bien" dado que se ha conseguido que al menos seis de los niños de la calle hayan aceptado ir a vivir al Centro de Purísima. Ventura, que apunta que los MENAS presentan problemas de salud y de consumo de drogas, denunciará ante Fiscalía y la Guardia Civil a aquellos adultos e incluso empresarios que impide a los MENAS que se acerquen a los educadores de calle, lo que les hace pensar que hay detrás fines de explotación laboral o delictivos. Afirma Daniel Ventura que el programa de educadores de calle "está funcionando muy bien" y alaba el trabajo que realizan tanto los educadores como los auxiliares contratados a través de la empresa Serglobin. El dato positivo es que en apenas una semana, estos profesionales, con su intervención, han logrado que "entre seis y siete niños de los que vivían en la calle, han aceptado ir al centro de Purísima, donde de momento siguen". Al parecer otros también han expresado su interés en ir al centro y de hecho "los educadores los acompañan para que vean de que Purísima no es nada de lo que le vienen diciendo por la calle".
Intereses ocultos
El consejero señala que los informes que ha recibido de la coordinadora de los educadores recogen "cuestiones curiosas y dignas de poner en conocimiento de la Fiscalía y la Guardia Civil". El caso es que han comprobado que hay "personas adultas, marroquíes, que impiden que los menores se acerquen a los educadores de calle e incluso hay algún local de la ciudad que el dueño ha asesorado a los niños para que no se acerquen a los educadores e incluso los mete en el establecimiento". Se alecciona a los menores de que "no vayan al centro de acogida".
Daniel Ventura confirmó que los servicios jurídicos de la Consejería pondrá en conocimiento de las autoridades pertinentes el informe de la coordinadora "para que se tomen las medidas que se estimen oportunas". Considera "lamentable y peligroso" que haya personas que impidan que se pueda atender a estos menores. "Pensamos que hay algo detrás que hay que descubrir, pero no descartamos que pueda haber intereses de explotación laboral o delictivo", manifestó.
Los educadores han detectado estas dificultades de acceso pero no se pronuncian sobre qué motivos puede haber detrás, pero no descartan que "haya alguien que se esté aprovechando de los niños de la calle, y no sabemos si puede ser explotación laboral como mendicidad o delincuencia, que es algo que la Guardia Civil y la Fiscalía deben investigar". Lo que sí tienen claro es que "en estos menores cala el discurso de que van a estar mal en el centro de acogida y por eso no quieren ir".
Problemas de salud
Asimismo indicó el consejero que los educadores han encontrado a menores que presentan problemas de salud y otros con problemas de consumo de sustancias adictivas como el pegamento. "Entre los educadores hay una enfermera que presta los primeros servicios sanitarios a los menores cuando los detectan en la calle. Muchos presentan heridas que cicatrizan mal e infeccionen. Después, si es necesario, se deriva a los servicios sanitarios pertinentes.
Un problema añadido es el del consumo de sustancias. "La mayoría de los chavales de la calle son consumidores de drogas. Tienen problemas de policonsumo, ya sea de pegamento o de cualquier otra sustancia que cae en sus manos", afirmó. Los educadores "les facilitan las herramientas para que puedan dejar sus adicciones y son derivados al Centro de Ayuda al Drogodependiente". Señaló el consejero que muchos de estos menores caen en el consumo de drogas animados o presionados "tanto por el grupo en el que están como por adultos con oscuros intereses, pero desde Bienestar Social vamos a hacer todo lo que haya falta para ayudarles a salir de esta situación".
Adolescentes y adultos
En su informe, los educadores detallan en las zonas donde suelen encontrar a los menores o jóvenes de la calle y que entre ellos suelen encontrar a algunos que residen en el Centro de Purísima que buscan, junto a otros, "poder marcharse como polizones". En su trabajo de campo, los educadores atienden a una media de quince jóvenes a diario y "lógicamente cuando vuelven a encontrar a los que ya han atendido, se les hace un seguimiento sobre cómo están o cuáles son sus pretensiones". "Muchos reconocen que van a intentar marcharse como polizones y que si no lo logran entonces es cuando se irán al centro de Purísima. Los que son mayores sólo quieren irse", apuntó.
En la calle lo que se han encontrado hasta el momento "son adolescentes, jóvenes de entre 15 y 17 años y también mayores de edad que por su fisonomía pueden pasar perfectamente como menores sin serlo", indicó el consejero.
Daniel Ventura recordó además que los educadores están también al servicio de los melillenses, para atenderles en lo que precisen.
