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La basura acumulada puede provocar un incendio en las naves

Los escombros acumulados alrededor de las naves, especialemente en torno a la pirotecnia y otras naves repletas de productos inflamables y explosivos, han generado una sensación de inseguridad en los propietarios de las naves colindantes que consideran que “es cuestión de tiempo que ocurra una desgracia”, dado que un incendio de esta basura, en caso de penetrar en alguna de las naves, podría provocar “que explote, que reviente”. Los empresarios de las naves culpan de la situación a la inacción de la Ciudad Autónoma, que ya habría recibido sus denuncias en múltiples ocasiones “sin hacerles caso”. Montañas de cartones, muebles, escombros y plásticos se acumulan tras las naves de la calle Ortiga (polígono industrial del SEPES), naves en las que se almacenan productos potencialmente combustibles y explosivos. Esta situación, denunciada en múltiples ocasiones a los servicios de recogida de basuras de la Ciudad Autónoma, según los empresarios de las naves colindantes, no tiene visos de solucionarse y, hasta ahora, la acción del Gobierno se ha reducido que “los servicios de limpieza recogen la basura cada dos meses”.
Los empresarios de las naves aseguran que, más allá del impedimento que esta situación les supone para desarrollar satisfactoriamente sus actividades profesionales, la posibilidad de que haya un incendio “como ya ha ardido en el pasado” y de que el fuego, en esta ocasión, penetre en alguna de las naves, ocasionaría “una desgracia”.
Las naves cuyos alrededores se encuentran cubiertos de basura corresponden a empresas que manejan pirotecnia, alcohol y gases altamente volátiles como acetileno u oxígeno, todos ellos productos altamente inflamables y potencialmente explosivos.
Según los afectados, la basura es generada tanto por los particulares que circulan por allí como por las propias empresas de las naves y “están hartos” de presentar quejas a la Ciudad Autónoma, que todavía no ha sabido dar una respuesta permanente a esta situación. Según los afectados, el estado actual de estas naves ha sido “permitido por la Ciudad Autónoma” y está relacionado con la instalación del “rastrillo” en la zona, aunque afirman que “aún estamos a tiempo de solucionarlo y evitar una desgracia” porque es “cuestión de tiempo que un día explote, reviente”, en cuyo caso habría que lamentar cuantiosas pérdidas materiales y, quizás, también vidas.
El riesgo de no mantener una serie de medidas preventivas en las instalaciones industriales es real, y ya ha desembocado, este mismo año, en varios grandes incendios a lo largo del país.

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Fernando Lamas Moreno

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