La manifestación finalizó con un minuto de silencio frente a la Delegación por las víctimas de los atentados terroristas Miles de manifestantes musulmanes respaldaron la marcha convocada por la Plataforma en Defensa de las Tradiciones, a pesar de que no contaba con la autorización de la Delegación del Gobierno. Mandos de la Policía Nacional anunciaron a Mustafa Aberchán que los organizadores serían denunciados si seguían adelante con la movilización, como hicieron finalmente. Desde la plataforma aseguran que la asistencia rondó las 7.000 personas. Los Cuerpos de la Policía Nacional cifraron la participación en 650 manifestantes. La marcha partió de la Mezquita Central y finalizó con un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de Cataluña. La Plataforma en Defensa de las Tradiciones desafió ayer la prohibición de la Delegación del Gobierno y finalmente celebró la manifestación en la que se pidió que puedan pasar los borregos marroquíes.
La movilización contó con el respaldo de cientos de melillenses musulmanes. Según informó la Delegación del Gobierno, desde el Cuerpo de la Policía Nacional se cifró la asistencia en unas 650 personas. Desde la plataforma afirmaron que hubo unos 7.000 manifestantes.
Denuncias a la plataforma
La marcha salió de la Mezquita Central. En la barriada del Rastro, varios efectivos de la Policía Nacional esperaban a la llegada de Mustafa Aberchán, presidente de Coalición por Melilla (CPM), para recordarle que la manifestación no contaba con las autorizaciones pertinentes.
Los agentes anunciaron a Aberchán que los representantes de la plataforma serían denunciados. El cepemista se mostró de acuerdo siempre que se les permitiera realizar el recorrido de la manifestación de forma pacífica. De este modo, la marcha pudo avanzar hasta llegar a la Delegación del Gobierno.
La Policía Nacional, que recibió aplausos por parte de los manifestantes, encabezó la movilización para cortar el tráfico y permitir que la marcha siguiera su curso.
“Barkani dimisión”
Personas de todas las edades participaron en la manifestación por la defensa de las tradiciones. Pidieron en numerosas ocasiones la dimisión del delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, y también la «libertad para el pueblo musulmán».
A la cabeza de la marcha, los representantes de la plataforma portaron una pancarta en la que se hacía referencia a la defensa de las tradiciones. No fue la única. Decenas de personas llevaban otras en las que se recordaba a las víctimas de los atentados yihadistas. «Contra el terrorismo y fascismo, convivencia y respeto», llevaba escrito.
Los asistentes, que vivieron la marcha como si fuera una auténtica fiesta, portaron banderas blancas en señal de paz. Ondearon también la de España, la que hace referencia a la cultura ‘amazigh’ y la de la Unión Europea.
La manifestación avanzó pacíficamente por la Avenida Juan Carlos I, rodeó la Plaza de España y finalizó frente a la Delegación del Gobierno.
Driss Mohamed, de la CIM: “Esta será la fiesta más sombría de la historia”
Una vez allí, el presidente de la Comisión Islámica de Melilla (CIM), Driss Mohamed, subió al capó de un vehículo, en el que había también altavoces, para tomar la palabra frente a los asistentes. «No logro salir de mi indignación», lamentó el representante religioso.
Mohamed sentenció que las autoridades se han empeñado en hacer de la orden ministerial que regula el paso de borregos marroquíes una verdadera carrera de obstáculos.
«Os habéis reído de nosotros y habéis conseguido amargar esta fiesta a muchos ciudadanos melillenses», reprochó a los responsables de la Delegación del Gobierno y de la Ciudad Autónoma.
El presidente de la CIM insistió en que el cordero que va a ser sacrificado tiene que ser elegido y no impuesto.
Por este mismo motivo, porque aseguró que él no tenía la posibilidad de elegir un borrego marroquí sin salir de Melilla, anunció que este año regalaría su cordero a una familia necesitada, para que pudiera realizar el sacrificio.
Mohamed reprochó a las instituciones por apropiarse de algo tan importante como la tradición sagrada para «promocionar los negocios de los amiguetes».
Aseguró que, en consecuencia, la de este año será «la fiesta más sombría que recordará la historia de Melilla».
Las palabras del presidente de la CIM fueron respaldadas y aplaudidas por cientos de manifestantes.
Un minuto por Cataluña
Tras su intervención, se pidió un minuto de silencio por las víctimas de los atentados de Cataluña. El homenaje se vivió con las manos en alto y en señal de profundo respeto.
Los aplausos fueron el punto y final de la movilización, que consiguió celebrarse con éxito pese a la oposición de la Delegación del Gobierno.
Mustafa Aberchán (CPM): “Vamos a llevar al Tribunal Constitucional esta prohibición y esta vulneración de derechos fundamentales”
El presidente de Coalición por Melilla declaró a los medios al finalizar la manifestación que la prohibición de celebrar la movilización no era más que «una expresión de la tiranía» del delegado del Gobierno. Recordó que el acto había sido aplazado en señal de respeto tras los atentados de Cataluña.
Aberchán quiso felicitar a los asistentes por respaldar la «fiesta de la democracia» e insistió en que esta se había llevado a cabo con éxito, a pesar de las «mentiras» y las «intimidaciones» de Barkani.
«Este es el segundo año consecutivo en el que posiblemente varias familias melillenses musulmanas tendrán que irse a un país extranjero para celebrar su festividad», lamentó el cepemista, quien recordó que la Pascua Grande es una fiesta que está recogida en la Carta Magna.
«Desde la representatividad que tenemos y desde nuestra participación en la plataforma no lo vamos a consentir. Vamos a llevar al Tribunal Constitucional esta prohibición y esta vulneración de derechos fundamentales», anunció Aberchán.
Según expresó, Barkani tiene que aprender de la manifestación que «a la palabra no se le puede encerrar, cautivar o perseguir». Le acusó de engañar hasta a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para tratar de detener la manifestación. Por ello, el cepemista sentenció que era «una vergüenza perseguir a aquellas personas que quieren expresarse en libertad».
