La denuncia de un destacado miembro de la comunidad melillense de origen bereber denunciando públicamente que al menos dos de los tres ganaderas que tienen autorización para trabajar como explotación ganadora han recibido amenazas de todo tipo para que no traigan borregos desde Marruecos a Melilla ha originado un sinfín de reacciones y de acusaciones cruzadas entre Gobierno y oposición.