En esta ocasión hemos recibido las quejas de algunos ciudadanos que han visto como se implantaba con demasiada antelación el cerramiento de toda la explanada de aparcamientos del Pabellón Polideportivo Javier Imbroda, que se reserva por proximidad a San Lorenzo para facilitar la estancia en Melilla a los feriantes. En repetidas ocasiones el disfrute llega precedido de inevitables molestias. En el ámbito de lo privado son muy frecuentes las veces que para introducir mejoras que produzcan satisfacción en las viviendas, los ciudadnos se ven obligados a sufrir las temidas obras, que a pesar de que todos intentan agilizarlas al máximo, casi nunca lo consiguen, ya que más bien se alargan.
También en el ámbito de lo público, las diversiones generalizadas llegan acompañadas de molestias previas para determinados sectores poblacionales. En concreto los festejos patronales melilllenses con motivo de la festividad de la Virgen de la Victoria conllevan de forma casi inevitable una cuota de malestar para los residentes en zonas próximas al recinto ferial sobre todo de tipo acústico como consecuencia del bullicio o del aumento, normalmente incontrolado, del nivel de decibelios, entre otras circunstancias.
Cierto es que cuando hace una década se produjo el cambio de ubicación del recinto ferial del Parque Hernández a la plaza multifuncional de San Lorenzo los inconvenientes en el entorno disminuyeron de manera ostensible. En el céntrico recinto ajardinado del Hernández la proximidad de las viviendas circundantes era tan determinante que provocaba el éxodo hacia la península durante la celebración de la feria de numerosos vecinos que hacían coincidir sus períodos vacacionales para dejar Melilla durante unos días y evitar de esta forma largas noches de insomnio por el ruido de casetas, tómbolas o espectáculos musicales hasta bien entrada la madrugada. Otros que no podían ausentarse de la ciudad, optaban por trasladarse durante las fiestas a viviendas de familiares residentes en Melilla, pero en la mayoría de los casos se veían obligados a soportar las molestias.
La situación desde la Feria de 2008, denominada “del mar” en aquella primera edición, ha mejorado porque la distancia de los inmuebles cercanos al recinto es mayor y por la inexistencia de plantas y árboles en el recinto ferial, lo que no ocasiona los considerables daños y deterioros medioambientales que se producían en el Parque Hernández, entre otras mejoras de servicios o de infraestructuras más acordes a una ciudad moderna.
Sin embargo las molestias persisten, incluso con carácter previo al inicio de los festejos que este año van a transcurrir del 2 la 10 del ya cercano septiembre. Aunque hay que asumirlas sobre todo en los casos que no se pueden evitar, se deberían reducir en lo posible las incidencias negativas y determinadas incomodidades a los vecinos. En esta ocasión, hemos recibido las quejas de algunos ciudadanos que han visto como se implantaba con demasiada antelación el cerramiento de toda la explanada de aparcamientos del Pabellón Polideportivo Javier Imbroda, que se reserva por proximidad a San Lorenzo para facilitar la estancia en Melilla a los feriantes, una medida con la que los melillenses suelen estar de acuerdo. Sin embargo en ocasiones como ésta se produce un exceso de celo ya que se privó del uso del solar a la ciudadanía desde el pasado día 25 y no ha sido hasta el comienzo de esta semana prácticamente cuando han comenzado a instalarse algunos camiones o caravanas. Por tanto, habría que ajustar estas situaciones que, aunque no tienen una consecuencia demasiado determinante, con un buen ajuste podrían tener un coste aún menor para los vecinos de la zona que se han visto privados de ese espacio para aparcar sus vehículos durante un período excesivamente largo. No obstante al margen, de estas leves incidencias damos la bienvenida a la Feria y al disfrute de melilllenses y visitantes.
