Lo mejor del partido, en clave melillense, fue la entrega y el gran trabajo, en líneas generales, que realizó el equipo azulino. En tareas ofensivas, logró meter al rival en su campo durante gran parte del duelo, algo digno de elogiar. Lo peor, sin duda, fueron los dos errores defensivos que condenaron a los de Manolo Herrero a dejar escapar ya no solo la victoria, sino el empate. Por suerte, estamos a principio de temporada y queda tiempo para que los unionistas no los repitan. En un terreno de juego que no se encontraba en las mejores condiciones, la U.D. Melilla cayó ayer frente al F.C. Cartagena no sin dejar una buena imagen y sin hacer sufrir al rival, al que tuvo contra las cuerdas durante buena parte del encuentro. Sin embargo, los errores en la zaga castigaron en demasía a los de Manolo Herrero. Fue un partido vistoso, igualado y en el que pudo pasar cualquier cosa y en el que al final fueron los de casa quienes se llevaron el gato al agua (2-1).
Y eso que los azulinos comenzaron queriendo llevar la batuta en el juego, dominando el choque y obteniendo el mayor control del balón. La posesión era suya y a los cartageneros no les quedaba otra que quedarse esperando las llegadas visitantes. No obstante, ese dominio no se tradujo, primero, ni en ocasiones, ni, segundo, en goles. Así que el Cartagena esperó su momento para adelantarse en el marcador a la mínima que pudo, desnudando, de este modo, la zaga melillense.
Tras una gran jugada personal del local Hugo, fue Moussa el que a los 18 minutos lograba el 1-0 para desesperación de los azulinos, pues, además del calor sofocante que hacía en el Municipal Cartagonova, veían como su buen trabajo se venía abajo. Dani Barrio tuvo que emplearse a fondo poco después para evitar el segundo del Cartagena en una jugada que tuvo los mismos protagonistas, pero esta vez fue Hugo quien hizo intervenir al cancerbero visitante.
Con derrota por la mínima pero con sensaciones encontradas se marchaban los de Herrero a los vestuarios, sabedores que en el segundo acto, con un poco más de determinación y puntería, podían hacerle daño a un Cartagena cómodo con la victoria por la mínima y capacitado para asestar en cualquier momento el golpe definitivo. De esta forma, el segundo acto fue un calco del primero: dominio de los unionistas y los albinegros agazapados atrás.
El técnico jienense no se quiso dar por vencido, retirando a Nando del campo y haciendo debutar a Boateng, con lo que introdujo una defensa de tres para dar alas al equipo. Saltaron también al campo Pedro Vázquez y Zelu, dos hombres con los que buscaba dar aire a su escuadra por las bandas. Lo consiguió en cierto modo la U.D. Melilla, que se mostró algo más incisiva que en la primera mitad. A base de garra y tesón llegaron los unionistas al área rival, y después de varios acercamientos, Juanma Espinosa lograba empatar la contienda.
Después de una jugada del conjunto visitante en su banda derecha, y de un centro de Zelu desde este mismo lateral, el centrocampista Juanma Espinosa recogía el balón en el área para hacer el gol de la igualada. Apenas quedaban seis minutos para el término del choque y los azulinos ya se podían dar por medio satisfechos con un punto muy trabajado, pero la alegría les duraría muy poco, ya que apenas dos minutos después un córner muy mal defendido, en el que faltó contundencia para despejar el balón, lo aprovechó Míchel Zabaco para situar el definitivo 2-1 en el electrónico.
El equipo de Manolo Herrero, tras disputar 90 minutos a un gran nivel, terminó pagando los contados errores defensivos que tuvo de una manera muy cruel, encajando el tanto de la derrota prácticamente en el último suspiro y tras haber logrado el empate. Pese a que el árbitro añadió cinco minutos más, el alargue sólo sirvió para que el Cartagena defendiera con uñas y dientes el resultado y los de Herrero confirmaran que regresaban a casa de vacío (2-1).
