Las obras de rehabilitación de la fachada de la urbanización de viviendas sociales Averroes retrasarán su fecha de finalización cerca de un mes para poder reparar varios imprevistos que han surgido desde el inicio de los trabajos el pasado mes de julio. El consejero de Fomento, Javier González, calculó ayer en rueda de prensa que las obras podrían estar terminadas antes de Navidades. El consejero explicó que la previsión era que las obras terminaran en noviembre, si bien la Ley permite que se pueda ampliar el plazo de ejecución en un 10 % respecto a lo anunciado en la adjudicación en caso de imprevistos, como ha ocurrido ahora.
González, como en ocasiones anteriores, mostró el apoyo de la Ciudad Autónoma a la empresa constructora, siempre y cuando “trabajen sin parar y cumplan los plazos”, constatado por la dirección facultativa de la obra.
Así, el consejero reiteró la máxima que ya expresó públicamente cuando la empresa se retrasó varias semanas en el inicio de los trabajos: “es menos malo empezar tarde que no empezar”. Y es que, como ayer recordó, rescindir el contrato hubiera supuesto no sólo un problema adicional al que ya había, sino un mayor retraso debido a los meses necesarios para cumplimentar de nuevo el procedimiento administrativo.
Imprevistos
De todos modos, González justificó este retraso en la obra de casi un mes, permitido por la Ley, para no dejar “un peligro al lado de lo que se está arreglando”, para lo que se acometerán actuaciones que no estaban previstas inicialmente. Entre ellas el aumento del número de juntas de dilatación de la fachada para no provocar un movimiento hacia el exterior, lo que llevaría a desestabilizar el muro. También se ha optado por una solución que no hará necesario perforar las viviendas.
Avanzó asimismo la disposición de la Administración de recurrir a los medios que estén permitidos “para ejecutar todo lo necesario” en esta rehabilitación por el desprendimiento del revestimiento de una fachada en junio de 2015.
De momento, indicó que a partir de la semana que viene habrá una segunda cuadrilla trabajando simultáneamente en la fachada, y señaló que ya se ha instalado un andamio con dos columnas y una canastilla con la que no hará falta recurrir a una grúa para subir los materiales de obra.
Además, apuntó que la empresa constructora ya tiene en Melilla los materiales necesarios, es decir, el ladrillo gris y blanco, y que la diferencia respecto al actual apenas se notará, sobre todo gracias a la acción del sol.
Segunda fase
Esta obra, que tiene un presupuesto de 131.767 euros, tendrá una segunda fase, cuyo proyecto se encuentra actualmente en fase de supervisión por parte de la Consejería de Fomento, lo que podría estar resuelto en la segunda quincena de este mes para su licitación en el primer trimestre de 2018.
