Muchos recuerdan con nostalgia aquellas ferias que tenían lugar en el Parque Hernández porque esa sí era la verdadera Feria, pero el cuidado del medio ambiente hizo obligado el cambio de ubicación y con ello un perjuicio evidente a unos festejos que en su nueva zona de lugar no ha parado de perder afluencia Cuando la estación del verano escribe sus últimos días, la Feria ha concluido y con ella el regreso de los alumnos a las aulas, podemos afirmar que la normalidad retorna después de un periodo especial en el que la actividad de todo tipo disminuye, fundamentalmente por las vacaciones y las fiestas que ellas traen consigo.
Muchos recuerdan con nostalgia aquellas ferias que tenían lugar en el Parque Hernández porque esa sí era la verdadera Feria, pero el cuidado del medio ambiente hizo obligado el cambio de ubicación y con ello un perjuicio evidente a unos festejos que en su nueva zona de lugar no ha parado de perder afluencia, sean por unos motivos o por otros.
Si además a ello le unimos que algunas organizaciones o personas han fomentado el boicot a través de las redes sociales, se complica aún más la cosa para que esta celebración no se vea perjudicada.
Aún así, siguen habiendo rayos de esperanza, como han sido lograr las fiestas patronales que mejor resultado han dado desde el punto de vista del turismo en los últimos años. Si ya en la edición anterior la sensación que dejó la Feria fue muy buena en este ámbito, en ésta ha sido mejor hasta el punto de rondar el 100% de ocupación hotelera varios días, especialmente en la segunda mitad. El viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, cree que buena parte de 'culpa' la ha tenido la corrida de toros.
En este sentido, se asegura que el "mano a mano" entre los diestros Juan Mora y Antonio Ferrera ha tenido un impacto directo de más de 1'65 millones de euros, al agotar durante tres jornadas las plazas hoteleras y pasajes de avión. Melilla ha visto como su decidida apuesta por la Tauromaquia ha dado sus frutos: por cada euro invertido en toros se han generado 12 de forma indirecta en el tejido productivo de la ciudad, según el informe económico realizado por Diego Sánchez de la Cruz, economista y director de la Plataforma la Economía del Toro.
También ha sido positiva una gran asistencia a las casetas para consumiciones de bebidas y raciones, a los conciertos y a las actuaciones juveniles.
Pero sin duda, el remate a estas cuestiones positivas la representa la seguridad, al vivirse una de las ferias más tranquilas que se han conocido, sin apenas incidentes dignos de mención. Quizá a ello ha contribuido la asistencia más reducida que se ha registrado este año.
A pesar de todo ello, las autoridades no han dudado en señalar que la Feria ha sido positiva. El primero, el presidente de la Ciudad Autónoma, quien ha calificado el acontecimiento de este año como un "éxito total". Así ha considerado que a la vista de los resultados de esta Feria 2017, ha sido derrotado el intento de boicot del que acusó días atrás a la plataforma por las tradiciones, y más especialmente a Coalición por Melilla (CPM). Otras organizaciones, como Podemos, en cambio la tachó de "clasista".
Son dos visiones opuestos sobre un mismo evento que tiene más difícil su apuesta en un lugar como la Plaza Multifuncional, más fría y distante, pero sabiendo que ya nunca se volverá a un Parque Hernández de tan buenos recuerdos para una inmensa mayoría, donde vivieron allí sus mejores festejos, tras la desaparición continua de las distintas ferias de barrio que se organizaban en distintos puntos de la ciudad.
Con todos estos parámetros, ya sólo cabe decir "Adiós a la Feria 2017, ¡viva la Feria 2018!".
