Los melillenses, desde la distancia, seguimos todo lo que viene ocurriendo en esta región, además desde una ciudad como la nuestra, Melilla, con fuerte sentimiento de pertenencia a España, toda una fortuna, que por desgracia no tienen todos los españoles por igual Melilla, como el resto de España, no puede evitar estar expectante ante lo que puede suceder este domingo 1 de octubre, por el desafío de los independentistas que quieren celebrar la consulta aunque sea ilegal mientras el Estado está empleándose a fondo para impedirlo.
Los melillenses, desde la distancia, seguimos todo lo que viene ocurriendo en esta región, además desde una ciudad como la nuestra, Melilla, con fuerte sentimiento de pertenencia a España, toda una fortuna, que por desgracia no tienen todos los españoles por igual en nuestro país, ahora de forma especial los catalanes.
Porque la Generalitat, lejos de enfriar el caldeado ambiente en Cataluña, sigue manteniendo una actitud absolutamente irresponsable. Por lo pronto, mantiene la convocatoria del referéndum ilegal, pese a que sabe perfectamente que sólo puede ser una pantomima. No tienen papeletas, ni urnas, ni censo, ni mesas constituidas, ni una autoridad electoral… Sin embargo, sus responsables siguen insistiendo en que el mañana domingo los catalanes podrán votar, preparando así un caldo de cultivo para la frustración de los ciudadanos, cuya reacción es difícil de prever.
Además, crece con fuerza la posibilidad de que la Generalitat haga una declaración unilateral de independencia (la ya conocida en medios políticos y periodísticos como la DUI). El propio presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, coqueteó con esta posibilidad en una entrevista televisiva el pasado domingo. De producirse la DUI, la tensión en Cataluña sería insoportable y obligaría al Gobierno de España y a la Justicia a tomar medidas mucho más drásticas, incluida la intervención de la autonomía catalana y la detención de sus principales responsables, un escenario ideal para los radicales -dentro y fuera de Cataluña- que quieren convertir el 1-O en una impugnación de la Constitución y de lo que ellos denominan el régimen del 78.
En este sentido, no es de extrañar que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado estén en boca de muchos políticos debido a la encomienda que han recibido para evitar que se celebre el referéndum independentista e ilegal en Cataluña que tiene preparado la Generalitat. Su tarea no será sencilla y las presiones son diversas, pero de ellos dependerá en gran medida el éxito o el fracaso. Y precisamente con este escenario de fondo, se pone de manifiesto la importancia de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De los Mossos de Esquadra no se espera mucho, por lo que todo parece indicar que el peso de esta intervención será llevada fundamentalmente por la Policía Nacional y Guardia Civil. Ánimos desde Melilla porque en juego está la unidad territorial de España.
