La Ciudad Autónoma debe reconocerles, una vez más, sus éxitos con una nueva recepción, y lo que es más importante, seguir invirtiendo en un deporte que no cesa de dar satisfacciones a España, dejando a Melilla en lo más alto del pádel La gran noticia deportiva de este fin de semana ha sido, sin duda alguna, el título de campeones del mundo de pádel de los melillenses Jesús Moya y Pablo Castillo, junto a los componentes de la selección española. El evento, que comenzó el pasado día 9 de octubre y finalizó el domingo, ha tenido su sede principal en el Real Club El Candado de Málaga.
El Mundial de Menores ha contado con representación, además de España, de Argentina, Bélgica, Brasil, EEUU, México, Paraguay, Portugal, Gran Bretaña, Chile, Uruguay, Italia y Suecia.
Los éxitos del pádel local son innumerables, tanto a nivel nacional como internacional, gracias al trabajo que inició la Federación Melillense que preside Enrique Díaz Otero hace ya tres lustros, junto al director técnico, Christian Volpe.
Pero en lo que respecta a Jesús Moya y Pablo Castillo hay que recordar que entre los dos ya acumulan ocho medallas de oro, con cuatro Mundiales para cada uno, tras vencer en Melilla en el año 2011, en Argentina 2013, en México 2015 y ahora en Málaga.
Los éxitos de Moya y Castillo son muchos y el pasado mes de septiembre conquistaron también, en La Coruña, el Campeonato de España Junior, tras vencer en la final por 6-0, 4-6 y 6-3. Precisamente, el seleccionador nacional, Jon García Ariño, presenció el torneo nacional para elaborar la lista definitiva de convocados en la que fueron incluidos los melillenses.
En definitiva, excelente nivel de nuestros representantes a nivel internacional, que se mostraron orgullosos cuando sonaron los acordes del himno nacional. Un éxito sin precedentes de nuevo para España y nuestra ciudad con el gran nivel de nuestros jugadores.
Ahora, la Ciudad Autónoma debe reconocerles, una vez más, sus éxitos con una nueva recepción, y lo que es más importante, seguir invirtiendo en un deporte que no cesa de dar satisfacciones a España, dejando a Melilla en lo más alto del pádel.
