Vivimos unos días del calendario en que se aglutinan diferentes celebraciones de patronazgo de sendos cuerpos como son La Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía, ambos servidores por antonomasia del ciudadano, en toda su extensión.
Pero, además de la celebración del Día de la Fiesta Nacional, el pasado 12 de octubre, en el seno del colectivo castrense también celebramos el pasado domingo, 15 de octubre, Santa Teresa de Jesús, la Patrona de la Intendencia Española; Intendencia que es sinónimo de gestión, administración, guía, etc.; pero que en el Ejército es sinónimo de apoyo, sacrificio, desvelo, tesón, solidaridad… Por qué son tan necesarios… (V)
Primero los demás…después también.
El mismo Millán Astray lo reconocía, ya como General, con motivo de la Entrega del Estandarte a la 2ª Comandancia de Tropas de Intendencia, de Sevilla, en 1930: "…si sus armas no han de herir, si su marcha a la muerte ha de ser silenciosa, si su gloria está en morir por llevar el pan y el agua a sus hermanos, si sus héroes más preciados sólo han de figurar en la sublime letanía de los soldados desconocidos. Si así se gana un Estandarte, yo os aseguro, soldados de Intendencia, que al igual que todos, os vi ganároslo cuantas veces os encontré en el combate".
Difícilmente se puede expresar de forma más rotunda y sublime la admiración por un Cuerpo como lo hizo este ilusionado e ilusionante genio, "encerrado" en un cuerpo mutilado y maltrecho, castigado y sublimado por los rigores del combate, como era el General Millán Astray. Palabras que incluía en su acertada alocución el jefe de nuestro servicio administrativo – económico en la celebración de dicho patronazgo.
Hace ya varios decenios, este Cuerpo sufrió una profunda transformación o adaptación en los cometidos tradicionales que desarrollaba, en lo referente al apoyo logístico a las unidades, pasando a encargarse, casi de forma exclusiva a la administración económico – financiera de los ejércitos.
Este proceso alejaba "aparentemente" a los componentes de dicho cuerpo de las tropas, en sentido general; aparentemente, que no realmente, pues no ha transcurrido un solo segundo en que este personal haya servido con el mismo desvelo y profesionalidad a las unidades, centros y organismos, mediante la programación, adjudicación y control de los recursos financieros, para conseguir dotar a éstas de lo necesario, cuando, donde y como lo necesitaban.
De forma muy reciente, ese aparente alejamiento se ha difuminado en parte con el regreso de los componentes de dicho cuerpo a determinadas unidades de apoyo logístico, con lo que "retoman" ese apoyo cercano a las tropas, que en realidad, nunca dejaron.
Pero claro, ese papel desprendido y silencioso que realizaban desde sus inicios los Soldados de la Intendencia española, la mejor del Mundo (sí, la mejor, de forma similar a como lo es nuestra Infantería), no quedaba huérfano durante ese período en que dicho Cuerpo quedaba "relegado" a la administración económica de las huestes (que no es cuestión baladí, por supuesto, especialmente en los tiempos que corren); no quedaba huérfano, no, pues ese papel lo desarrollan las unidades de apoyo logístico, en cualquiera de sus denominaciones, en cualquiera de sus entidades.
Sí, pues éstas se han encargado de encuadrar a unos profesionales de la entrega, de la eficacia, de encontrar soluciones a problemas variopintos en que uno no sabe ni cómo afrontarlos; de hacer fácil lo difícil…y de hacerlo en silencio, sin afán de protagonismo, sin alardes ni alharacas, pero con empatía y con afán de Servicio.
Son los que aparecen, junto con los intendentes, en los últimos renglones del "reparto" de la "película" del Servicio en filas; los que difícilmente se leen en la pantalla salvo que uno los busque, si es que no se ha levantado ya de la butaca; no van a optar a premio alguno, no…salvo el de nuestro reconocimiento y admiración, sincera, serena, pues sabemos de su enorme valía, cuando la nuestra queda limitada por las necesidades; de su eficacia, de su paciencia con el resto de unidades, que quizás no entendemos (ni comprendemos) otra cosa que no sea su apoyo seguro, certero, oportuno…como si fuese exento de esfuerzo y tesón y fruto del automatismo; nada más lejos de la realidad.
Unidades como nuestra Unidad logística nº 24, que hace escasos días celebraba el XXVII aniversario de la entrega a dicha unidad de su Bandera de Combate y en cuya formación de celebración de tal hecho, su Coronel Jefe glosaba un terceto precioso conformado con diversas estrofas de un cuasi desconocido poema salvadoreño en homenaje al partido revolucionario, que decía así:
Si no vienes a dar
el corazón y la vida
no te molestes en entrar
porque en tu entrada
comienza tu salida.
Logistas e Intendentes guardan entre sí muchas coincidencias, pero si cabe, la mayor y más importante de éstas es su espíritu de Servicio, a los demás. Servicio que torna casi en obsesión desprendida, en regla de honor, en dogma de fe que les guía con contundencia y que les condena a ese heroísmo que describía el visionario de "cuerpo tullido y alma intacta"; les dirige a ser los últimos en comer, los últimos en beber, los últimos en ceder…a sabiendas de que primero van los demás…y después, también.
A los hombres y mujeres que hacen del apoyo logístico o de la administración económica su sino diario, como componentes de las unidades logísticas o de los Servicios administrativos Económicos y muy especialmente en el ámbito de la COMGEMEL, en reconocimiento a su elección, la elección de los demás, como beneficiarios de su continuo desvelo. No os habéis equivocado; en nuestras quinielas (y en nuestros corazones), ganaréis el Oscar al mejor actor en la escena diaria de las FAS. Gracias por "ser los primeros en ser los últimos".
