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Los GEAS de la Guardia Civil aprenden a manejar robots submarinos

Los guardias civiles del GEAS de Melilla comprobaron la eficacia de estos robots submarinos gracias a este curso (FOTO CRISTIAN CALVO)

Los miembros del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil de Melilla han aprendido estos días a manejar robots submarinos, una tecnología que, gracias a las posibilidades que ofrece, llegando incluso a profundidades imposibles para el hombre, podría convertirse en un futuro en una nueva herramienta de trabajo para estos agentes. El proyecto Sailing Living Lab, que busca ayudar a que las nuevas tecnologías no se queden en un cajón y lleguen al mercado para crear empleo y mejorar la calidad de vida de las personas, se encargó de dar este curso a los integrantes del GEAS. De esta forma, los agentes conocieron un poco más de cerca las prestaciones de estos robots submarinos y la utilidad que tienen estos aparatos para el ámbito de la seguridad.
Según explicó a MELILLA HOY el creador y responsable del proyecto Sailing Living Lab, Diego de Miguel, estos robots permiten inspeccionar el patrimonio subacuático, por cuya seguridad e integridad debe velar el GEAS de la Guardia Civil. Los seis motores y la cámara de alta resolución que llevan estas máquinas permiten ver todo lo que hay en el fondo marino, incluso más allá de los 50 metros de profundidad a los que puede llegar un buceador sin riesgo para su integridad.
Esto es especialmente importante en zonas como el Mar de Alborán, donde el patrimonio subacuático es «increíble», en palabras de De Miguel. De hecho, se calcula que hay hasta 73 pecios (barcos hundidos) en el mar próximo a Melilla, entre ellos un submarino japonés de la Primera Guerra Mundial.
Los robots submarinos permiten ver desde un barco en la superficie todo lo que hay en el fondo a través del ordenador al que está conectado, de ahí que este tipo de tecnologías sean especialmente útiles no sólo a la hora de inspeccionar el patrimonio subacuático, sino también en misiones de seguridad.
Por ejemplo, para el control de vertidos y para el rescate de pasajeros en caso de hundimientos o amerizajes. También para el control del narcotráfico, ya que son cada vez más las redes que consiguen pasar fardos adosándolos en bajo el casco de barcos ajenos con grandes imanes.
Los guardias civiles del GEAS comprobaron la eficacia de estos robots submarinos, creados por una startup española, Nido Robotics, cuyos ingenieros han decidido impulsar sus propios aparatos tras varios años distribuyendo en Estados Unidos. Gracias a este curso, los agentes de Melilla ya estarían preparados para utilizar esta tecnología en caso de que el Ministerio del Interior decidiera apostar por ella.

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Redacción

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