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BALONCESTO - LEB ORO

El decano, tanto nadar para morir en la orilla

El Melilla Baloncesto encadenó ayer su segunda derrota consecutiva, tras perder frente al Cafés Candelas Breogán por el resultado de 79-83, en un partido extraño, en el que durante muchos momentos los melillenses se vieron muy superados por los lucenses. Sin embargo, los de Alejandro Alcoba no arrojaron la toalla y, cuando peor pintaban las cosas, llegaron a firmar un 10-0 de parcial, en escasamente un minuto y medio, que les sirvió para igualar el marcador. Al final, Matt Stainbrook y Ricardo Úriz, junto a un error de Diego Kapelan en un tiro libre clave, acabaron dando el triunfo al conjunto gallego. El Melilla Baloncesto encadenó ayer su segunda derrota consecutiva, tras perder frente al Cafés Candelas Breogán por el resultado de 79-83, en un partido extraño, en el que durante muchos momentos los melillenses se vieron muy superados por los lucenses. Sin embargo, los de Alejandro Alcoba no arrojaron la toalla y, cuando peor pintaban las cosas, llegaron a firmar un 10-0 de parcial, en escasamente un minuto y medio, que les sirvió para igualar el marcador. Al final, Matt Stainbrook y Ricardo Úriz, junto a un error de Diego Kapelan en un tiro libre clave, acabaron dando el triunfo al conjunto gallego.
Lo cierto es que el choque no pudo comenzar de mejor forma para los locales, que se situaron nueve puntos arriba (11-2) mediado este primer cuarto, gracias a un excelente trabajo en defensa. El equipo celeste (anoche de rojo), como era de esperar dada la enorme calidad que atesoran sus jugadores, reaccionó y fue paulatinamente reduciendo las diferencias hasta colocarse por delante en el luminoso (13-14), a poco más de dos minutos del término de este primer acto, que concluiría con 14-18 favorable a los de Natxo Lezkano.
En el segundo asalto, y pese a que los azulones arrancaron con un triple de Filip Djuaran, se quedaron atascados en ataque y atrás no lograban frenar a los breoganistas, que llegaron a gozar de una máxima renta de doce puntos (24-36), con un inspirado Salva Arco, ex del decano, haciendo mucho daño. El Melilla Baloncesto intentó cortar la sequía, pero al descanso se iría nueve puntos abajo (33-42), con un tiro libre anotado por Matt Stainbrook.
El paso por los vestuarios no cambió para nada la decoración del partido, con un Cafés Candelas que parecía que iba a romper el encuentro, mandando siempre en el electrónico con ventajas por encima de la llamada barrera psicológica de los diez puntos, siendo incluso de quince a escasamente dos minutos (45-60). Los de Alejandro Alcoba firmarían en ese tramo final un 6-0 para mantener vivas las esperanzas de cara al último y decisivo periodo (51-60).
En el cuarto acto, los lucenses volverían a dar otro arreón en el marcador para dejar casi sentenciada la contienda (57-73, a 5’14”), aunque no sería así, ya que a partir de ese instante los melillenses conseguirían firmar un increíble parcial de 21-5 para empatar el duelo a solo 34 segundos de la conclusión (78-78), tras un triplazo de Diego Kapelan, que también culminaba otro parcial de 10-0 en poco más de un minuto.
Llegados a este momento, Matt Stainbrook puso, de nuevo, a los suyos por delante (78-80), desaprovechando Kapelan a renglón seguido uno de los dos tiros libres de que dispuso para volver a establecer las tablas. Nueve segundos por jugarse, saque de fondo y falta rápida sobre Ricardo Úriz, que acertó con el primero y falló el segundo, pero capturó el rebote y recibió otra falta, esta vez de Mamadou Samb. El veterano base navarro ahora no erró ninguno de sus lanzamientos y estableció el que resultaría definitivo 79-83.

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Carlos R.Busto

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