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Javier Ronda afirma que la inmigración se ha convierto en “una cuestión de Estado”

Javier Calderón (APM) y el conferenciante, Javier Ronda

En opinión del periodista Javier Ronda, de visita en Melilla, a la hora de abordar la búsqueda de soluciones al tema migratorio, que considera se ha convertido "en una cuestión de Estado", es preciso contar con la implicación de Marruecos, porque "el que solo intervenga una parte es un error y un fracaso que conllevaría un mal mayor", afirmó. El también profesor de la Facultad de Comunicación de Sevilla, no se pronunció en relación al debate de si habría que eliminar el vallado fronterizo, pero sí dijo entender que las autoridades españolas y comunitarias apuesten por establecer "algún freno" en especial en el contexto mundial de la amenaza del terrorismo yihadista. Los locales de la Asociación de la Prensa de Melilla (APM) se abrieron ayer para acoger la conferencia que sobre Inmigración y Periodismo ofreció Javier Ronda, el conocido periodista de Canal Sur y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. En su intervención dejó de manifiesto que la inmigración "es un tema preocupante para Melilla y Ceuta, pero que es un asunto en el que Marruecos también tiene mucho que decir y hacer todavía". Lo que queda claro para este profesional de la comunicación es que la inmigración no es algo que corresponda en exclusiva a las autoridades españolas, "sino que también tienen que intervenir Europa y Marruecos", habida cuenta de que la ciudad puede soportar una mayor presión migratoria "en función de los controles" que haga el vecino país.

Vallado
Javier Ronda no se postula a favor o en contra de si sería necesario eliminar la valla fronteriza en las dos ciudades norteafricanas, pero sí que señaló por su experiencia profesional, y como recoge en su tesis sobre la influencia de la televisión en el fomento de la inmigración, que tanto las autoridades españolas como comunitarias inciden en que es preciso que haya "algún freno, un algo, no sólo por el tema de la inmigración, sino porque en los últimos años ha cambiado el contexto mundial y existen peligros como el yihadismo, el terrorismo y el problema de siempre del narcotráfico".

Reconoció el periodista que da igual la altura que pueda tener la valla fronteriza, porque "la inmigración no entiende de mayor o menor altura, sino de necesidades, de la necesidad de cambiar de vida porque estas personas cuando se juegan la suya propia es por algo". Pero eso no quita que atendiendo a cuestiones de seguridad, de lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y los flujos migratorios, las autoridades vean necesario establecer algún tipo de barrera o freno. También tiene claro Javier Ronda que daría igual que en Melilla se abriera un CETI o cinco, porque "se llenarían", lo mismo que los centros de menores extranjeros no acompañados.

Reiteró que el tema migratorio "no es un problema de Melilla, sino un asunto de estado y también de la Unión Europea, porque la presión migratoria es una realidad a la que hay que dar una respuesta". Apuesta porque los inmigrantes que arriban a las costas españolas sean atendidas y que para ello se faciliten los recursos necesarios, pero no por parte de la Ciudad Autónoma, sino por las autoridades comunitarias.

Marruecos
Según Javier Ronda, ya sea a la hora de buscar fórmulas para regular incluso de forma documental el paso de porteadoras, o en la búsqueda de soluciones para el control de la presión migratoria de adultos y menores, es preciso que exista diálogo y colaboración entre España y Marruecos. Lo que está claro es que "Melilla en solitario no puede hacer nada al respecto, ni España, porque hay que contar con Marruecos" que es el país que está al otro lado de la frontera. "El que solo intervenga una parte es un error y un fracaso que conllevaría un mal mayor", afirmó.

Incidió en que es preciso buscar el diálogo y la participación de ambas partes, aunque "otra cosa es que se pongan de acuerdo, pero si una parte no hace nada o lo contrario que la otra, de nada sirve lo que tu ejecutes. Si esto implica mayor negociación con Marruecos, mejor para Ceuta y Melilla", dijo.

“No hay que olvidar que son niños”
Ejemplo de esa falta de diálogo es lo que ocurre con los menores extranjeros no acompañados, los niños y jóvenes magrebíes que llegan a Melilla y que no pueden ser reintegrados en su país por el silencio de la administración marroquí. A este respecto el periodista indicó que "el asunto de los menores es preocupante porque no solo son inmigrantes, sino que encima son niños y esto exige una intervención rápida y eficaz". Indicó que aquellos que llegan a Melilla o a las costas peninsulares, "son los supervivientes y debemos pensar que si estos menores han llegado, porque son los fuertes, cuántos otros se habrán quedado en el camino". Por ese motivo considera que en un estado moderno y en una Unión Europea que "quiere hacer frente a estos problemas de la inmigración, se necesitan medios, actuaciones y directivas" para aplicar.

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J.A.M

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