Hay tiempos en que la vida se trunca en su normalidad, esa que a través del mismo tiempo ha conseguido establecer una razón de ser sin demasiado menoscabo en unos y otros, pero formando una identidad conjunta, forma y manera de salir de lo trivial, a la vez que aumenta la fortaleza ante otras identidades sin perder su peculiaridad tribal, tal como es la lengua, usos y costumbres, sean estas territoriales, demográficas o comerciales, pero dentro de un mismo camino general. Ahora bien, para ello, antes ha habido que combinar y compaginar el apoyo logístico que de todos emana, bien sea por creatividad, desarrollo, prestación de esfuerzo y siempre por consumo propio, lo que hace que se genere entre unos y otros riqueza; otra cosa es que sea repartida ecuánimemente, para lo cual están los convenios colectivos, legislaciones laborales (que algunos se las quieren saltar egoístamente) y toda la trama social que obliga a un cumplimiento general constituyente, por ejemplo la democracia. Por supuesto, si esta se trunca caprichosamente por una de las partes, están los medios pactados anteriormente, para imponer antes y deliberar después en aquello que dentro del espíritu de la letra pactada razonablemente sea de derecho, ese que obliga a todos y sobre todo en Democracia, a no desmandarse por egoísmos, ambiciones o veleidades personales, etnia tribal o riqueza posterior del subsuelo. Y si me aprietan mucho, incluso aún por razón, lo cual quiere decir que la razón no puede destruir el espíritu de la letra, ya que esa razón correspondió en su día al momento Constituyente (espíritu de la letra pactada).
Otra cosa es que al amparo de aquel momento y construida con el esfuerzos de todo aquel tribalismo, ahora por debilidad o por traición a aquel espíritu de la letra se quiera desgajar una parte, pero sin tener en cuenta la obligación de las justas indemnizaciones que se sumarian a pagar a la Unión (ejemplo del brexit), por los años o siglos que han llevado a los contribuyentes a enriquecer con sus consumos y en consecuencia con los impuestos al consumo, en el cual converge toda la riqueza de la sociedad, sea del trabajo intelectual o manual, gestiones que forman ENTRE SI la productividad (No hay teórica sin práctica, ni práctica sin teórica), y así llegamos al Estado, donde este tiene la obligación derepartir la riqueza social. Luego viene la causa política que, tiene que realizarse dentro de los parámetros de la letra y del espíritu Constitucional, ya que hoy las jefaturas de estado de la Democracia, no son absolutistas. Otra cosa es que, haya políticos que esto no lo entiendan, practicando el dedo de manera absolutistadestrozan a la propia democracia, queriendo pasar de un rango inferior a uno superior contrariando aquello que ellos mismos pregonan. Ejemplo lo tenemos en los que se quieren saltar al Constitucional ¡a la tortera! Claro que lo mismo lo tenemos en aquellos que se saltan las legislaciones laborales o convenios colectivos por falta de cumplimiento, sean económicos o sociales y se convierten en lobbys (grupos de presión) contra un salario mínimo y justo actualizado. Dígame usted¿Por quélos cuerpos de seguridad nacionales cobran menos (dicen) que los autonómicos y se permite tal desfase?… ¿Por qué?
