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El rincón de Aranda

Puigdemont en Bruselas como “Exiliado de Ojana”

Hace unos días un amigo me envió por correo unas palabras que ya casi no se usan en la actualidad, pero sí sus sinónimos. Al prófugo-huido de la justicia, ex-Presidente de la Generalidad de Cataluña, Carlos Puigdemont, yo le aplicaría algunas de ellas, por ejemplo: “Fantoche”, que quiere decir grotesco y que hace el ridículo. La prueba la tenemos en sus recientes declaraciones: antes era europeo, y ahora reniega de Europa, queriéndo salirse e ella. “Carcunda”, es el tipo que tiene unas ideas retrógradas, como él. El que va de un lado a otro, pero sin hacer nada de provecho, ese es al auténtico “Zascandil”. Claro que no vamos a decir que es un tío con pocas luces, como es el “Mamerto”.

Aunque yo más bien lo considero, como buen “Cagalindes”, ergo cobarde, que ha dejado tirados a sus colegas en la cárcel, arrepintiéndose éstos, al aceptar el art. 155, por toda la mierda de política que han hecho durante una generación, mintiendo a todo el mundo, y con los gobiernos de turno del Estado, haciéndose los “Lipendis” (tontos o bobos), mirando hacia otro lado. Y ya ven que al final, visto lo visto, hay que echar mano a nuestro refranero: “Para ese viaje no hizo menester estas alforjas”.

Un político español, poco después del 1-O, cuando PP y PSOE ya habían iniciado los trámites para aplicar el art. 155, y aún confiaban en una marcha atrás del Gobierno catalán, comentaba que “Puigdemont es una persona muy familiar, y no quiere acabar en la cárcel”: ¡Toma!, ¿y quién desea ingresar en la trena?, ahora que, si se ha saltado la Ley, y ha “liao la que ha liao”… . También habría que desenmascarar el falso discurso de los que ahora, en una democracia como la que disfrutamos, se llaman presos políticos, porque realmente no lo son, pero sí que son unos políticos que están presos, porque se han pasado la Constitución, y el Estatuto de su región, por el “forro”.

El socialista José Bono ha asegurado que el ex-presidente de la Generalidad está “en un momento de desequilibrio personal muy considerable”. Habilidosa manera de decir que está “Zurumbático”, o lelo. Porque hay que ser un “Fantoche” después de darse el piro a Bruselas en busca de acogida tras declarar la independencia unilateral de Cataluña y que, al final, nadie en la U.E. lo haya reconocido como político exiliado de la república catalana (¿?). El mismo Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ya le dijo: “Señor Puigdemont, hoy le pido que respete en sus intenciones el orden constitucional y no anuncie una decisión que haga imposible el diálogo”. Yo también creo que tampoco se puede cambiar una constitución desde un parlamento regional. Xavier Vidal-Folch lo ha “clavado” cuando dice: “No ha habido ninguna proclamación de una república más triste que la de Cataluña, se imaginaban un sueño y fue una pesadilla”.

El republicano y exiliado (éste sí que fue un exiliado de verdad) poeta inmortal, Antonio Machado, ya dijo: “De aquéllos que dicen ser gallegos, vascos, catalanes… antes que españoles, desconfiad siempre. Suelen ser españoles incompletos, insuficientes, de quienes nada grande puede esperarse”.

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