Fernando Germán Portillo, Decano de los jueces, ofreció ayer una entrevista radiofónica en la Cadena SER, en la cual abordó temas como la lentitud de la justicia o las implicaciones políticas del enquistamiento de los procesos judiciales. El Juez Decano afirmó que una justicia lenta es menos justa para todos, incluídos tanto víctimas como acusados, y que tiene consecuencias negativas a nivel social. Germán Portillo achacó la lentitud y el enquistamiento de los procesos judiciales a la gran infradotación de medios, tanto personales como materiales, a la que está sometida la administración de justicia, y propuso la puesta en marcha de planes de refuerzo específicos. El Decano de los jueces, Fernando Germán Portillo, ofreció una entrevista radiofónica ayer en la Cadena SER, en la que compartió sus impresiones acerca de la lentitud de la justicia, toda vez que casos como el Voto por Correo llevan hasta una década en marcha.
El juez afirmó que su impresión es que los retrasos reducen la calidad de la justicia ya que tanto las víctimas como los acusados tienen derecho tanto a que se les repare el daño como que se clarifique su situación, respectivamente. “El problema es que los plazos no siempre están en manos de los jueces”, afirmó; “hay muchas causas importantes que están todavía en fase de instrucción, como pueden ser el caso Abogados, Tosca u Ópera”. El Decano se refirió a estos casos como “especiales”, dada la gran densidad de documentación, la compleja investigación y el gran número de implicados en ellos.
Germán Portillo fue cuestionado por la locutora de la SER acerca de los efectos sobre el conjunto de la sociedad que tienen estos retrasos, exponiendo la indefensión que genera en la población el ver a personas imputadas gestionando cargos públicos, como es el caso de los funcionarios públicos que siguen ocupando sus puestos porque no hay sentencias que les obliguen a no hacerlo. Según el Juez Decano, el ciudadano debe comprender que en el sistema jurídico español hay dos fases bien diferenciadas, instrucción o investigación y juicio. La fase de instrucción dura entre 6 meses y “un periodo importante de años”, y es en esta fase donde se enquistan estos procesos.
Falta de medios
Este enquistamiento es producto de una falta de medios tanto personales como materiales a la administración de justicia.
“En la mayoría de los casos, los juzgados están infradotados o extremadamente ajustados a necesidades, por lo que si entra un proceso complejo se produce una saturación del sistema…” y mientras tanto, siguen entrando casos y el ciudadano sigue requiriendo respuestas por parte de la administración de justicia.
Según afirmó Germán Portillo, todos estos retrasos se solucionarían propiciando planes de refuerzo específicos para aquellos juzgados donde existen estos retrasos.
Con respecto a la cercanía de las elecciones, que parece que van a acabar solapándose con algunos de los procesos por corrupción que se están desarrollando en nuestra ciudad, el problema de una justicia lenta provoca que parezca que las elecciones se acaben contaminando, cuando realmente lo tiempos judiciales nada tienen que ver con los tiempos políticos. “Confío en que para las elecciones ya estén perfilados casos como Abogados, Tosca, Ópera o Vales de Alimentos, pero no puedo asegurarlo porque no conozco el estado en que se encuentran actualmente”.
