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TRIBUNA PÚBLICA/ “Nadie tiene el derecho de otorgarse el monopolio de una comunidad”

Melillenses musulmanes: alegato por las libertades democráticas y de sufragio

Omar Duddú, recientemente, durante una de sus visitas a Melilla

Temblad ante el esclavo cuando rompe sus cadenas, no tembléis ante el hombre libre
Jean-Paul Sartre

Los musulmanes melillenses en los años 80 del siglo XX fueron protagonistas de una lucha titánica para liberarse de "las cadenas" que históricamente les habían inmovilizado. Fueron tiempos en los que primaban valores y principios como familia, fraternidad, amistad, solidaridad, lealtad, fidelidad y honestidad. Tiempos heroicos, tiempos de lucha y sacrificio, a pesar de las gruesas cadenas que los "esclavizaban".
Por ello deben estar muy orgullosos de lo alcanzado en ese período, al ser el fruto de la lucha que hombres y mujeres, mayores y pequeños, mantuvieron para alcanzar sus derechos fundamentales, el respeto por su cultura y su dignidad como seres humanos. Padres, madres, hermanos/as,….etc., todos ellos unidos, gritaron y exigieron libertad, democracia y los derechos civiles que le habían sido negados, hasta lograr, pacífica y democráticamente, que los opresores terminaran claudicando.

Hoy, 30 años más tarde, es necesario que ese acervo, esos logros, sean protegidos y afianzados, no permitiendo que ninguna persona o grupo, por muy sagradas que sean las razones que invoquen, eliminen o limiten lo que tanto sacrificio y esfuerzo ha costado.
En democracia, la libertad de expresión, la libertad de pensamiento y el derecho al libre sufragio activo y pasivo, son inviolables y sagrados. Los ciudadanos tienen el derecho y deber de participar activamente en la vida política, a elegir libremente a sus representantes sin más ataduras o imposiciones que los marcados por su conciencia. Y, por tanto, a presentarse y ser elegidos por la opción política que cada uno elija voluntaria y libremente en función de sus preferencias e intereses laborales, económicos, culturales, tradicionales, étnicos, religiosos, etc.
Estos derechos son reconocidos universalmente en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al establecer en su artículo 25 que "todos los ciudadanos gozarán,…, de los siguientes derechos y oportunidades: b) Votar y ser elegidos en elecciones periódicas, auténticas, realizadas por sufragio universal e igual y por voto secreto que garantice la libre expresión de la voluntad de los electores". En el mismo sentido la Declaración Universal de Derechos Humanos dispone en su artículo 19 que "todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones,…" y en su artículo 20 que "toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas. Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación".
Por ello, todas las instituciones, los partidos y opciones políticas, sociales y religiosas, tienen la obligación de respetar la voluntad libremente elegida y expresada por los ciudadanos. Además, nadie tiene el derecho de otorgarse el monopolio de una comunidad, colectivo o grupo, amparándose en otro tipo de afinidades o sensibilidades, pues el monopolio de las ideas y valores se ha caracterizado históricamente por ser una práctica nefasta y abominable, al chocar de frente contra los más elementales derechos del ser humano. Si en economía la práctica monopolística ha sido perseguida y condenada por el daño que provoca a un país y a sus ciudadanos, en la política el monopolio de las ideas ha sido sinónimo de dictadura y de fascismo, es decir de modelos de sociedad donde los ciudadanos han sido expoliados de los derechos que, sin embargo, sí les reconoce el estado democrático.

Hay que abandonar las prácticas no democráticas que han imperado en estas últimas décadas en Melilla, que tanto nos han perjudicado, principalmente a los musulmanes melillenses, y posicionarse en la cultura democrática, ya que esta es la base imprescindible para el ejercicio y uso efectivo de todos los derechos humanos (civiles, políticos, religiosos, sociales, económicos, y culturales). Por ello quiero traer a colación dos frases que expresan la esencia del estado democrático y derecho: "La libertad no consiste en tener un buen amo, sino en no tenerlo" (Cicerón) y "No comparto tu opinión, pero daría mi vida por defender tu derecho a expresarla" (frase atribuida a Voltaire).

FRASES:
“Nadie tiene el derecho de otorgarse el monopolio de una comunidad, colectivo o grupo, amparándose en otro tipo de afinidades o sensibilidades, pues el monopolio de las ideas y valores se ha caracterizado históricamente por ser una práctica nefasta y abominable, al chocar de frente contra los más elementales derechos del ser humano”

“Hay que abandonar las prácticas no democráticas que han imperado en estas últimas décadas en Melilla, que tanto nos han perjudicado, principalmente a los musulmanes melillenses, y posicionarse en la cultura democrática, ya que esta es la base imprescindible para el ejercicio y uso efectivo de todos los derechos humanos (civiles, políticos, religiosos, sociales, económicos, y culturales)”

PIES DE FOTOS:
Distintas imágenes de Dudú durante varias etapas de su vida (¡¡¡SON TRES FOTOS¡¡¡)

Omar Duddú, recientemente, durante una de sus visitas a Melilla

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