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Cuento

El delantal mágico

Érase una vez un niño que no sabía qué pedir a Papa Noel. ¡Tenía tantas cosas!, por eso cuando empezó a escribir su carta no se le ocurría nada. Su habitación estaba llena de juguetes.

Tenía de todo, pero era un niño muy triste y solitario. Después de mucho pensar, decidió que lo que quería de regalo era un delantal para cocinar sus tartas. Aquel niño se pasaba horas y horas cocinando para sus muñecos, pues no tenía ningún amigo con quien jugar.

El día de Navidad llegó y tal y como había pedido en su carta, recibió el regalo solicitado. Era un delantal rojo precioso tenía dibujado unos duendes de Navidad.

El niño lo cogió, se lo puso y fue corriendo para la cocina. Pasaron unos días y se cansó de cocinar con su nuevo delantal.

Volvía a estar triste, lloraba desconsolado porque con todos los juguetes que le rodeaban no era feliz, no tenía amigos con quien compartirlos, ni ilusión por los regalos.

Su madre encontró el nuevo delantal en el suelo y lo guardó en un cajón de su armario.

Una noche, mientras el pequeño dormía en su habitación, escuchó un ruido extraño; abrió los ojos y vio como el cajón del armario donde estaba el delantal se abrió y salió un duende que le dijo:

  • Hola pequeño ¿cómo te llamas?

El niño sorprendido y asustado contestó:

  • Me llamó Maruan y… ¿tú quien eres?
  • Soy el duende mágico de la Navidad, pero me puedes llamar Busian, soy tu amigo. He salido de tu delantal y vengo a hacer realidad tus deseos.

El niño sonrojado y mudo le sonrió y pidió su deseo:

  • Quiero tener un montón de amigos para jugar con mis juguetes.

El duende le sonrió y dijo:

  • ¡Está bien!, no estés triste. Deja de llorar, yo te ayudaré. Sígueme, vamos a preparar juntos una receta; es de una tarta mágica de Navidad. Tiene el poder de llenar los corazones de amor y de unir a las personas.

El niño muy ilusionado preparó con el duende todos los ingredientes de la receta: harina, azúcar, mantequilla, huevos…
Fue entonces cuando el duende agitó sus manos y movió los dedos; al instante, bajo una mágica nube de purpurinas de colores apareció una preciosa tarta de chocolate.

Y dijo el duende:

  • Quien pruebe de mi tarta, llenará su corazón de felicidad y amor. Así que la llevaremos mañana a tu colegio para que todos los niños unidos sean felices y llenen con su amor la Navidad.

Al día siguiente Maruan y el duende, Busian, fueron con su tarta mágica a compartirla con todos los niños del cole… y como por "arte de magia" quienes la probaban , al momento comenzaban a brillarle los ojos y saltaban de alegría.

Los profesores sorprendidos por ese extraño comportamiento, quisieron también probarla y en sus corazones volvieron a ser niños otra vez, algo que ya habían olvidado…
En el colegio se celebró una fiesta de Navidad, llena de abrazos, besos, canciones, villancicos, sonrisas y felicidad.

Desde aquel día Maruan, conoció a un montón de nuevos amigos para jugar.¡Por cierto! Busian, el duende, os invita a comer de su tarta mágica para hacer realidad las ilusiones, deseos y sueños de vuestros corazones.

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