Una profesión, por tanto, que me ha brindado la posibilidad de estar conectado con la más vibrante actualidad durante décadas y de conocer personajes dispares, divertidos, inteligentes, cultos, profundos, frívolos y, en definitiva, interesantes que, poco a poco, van pasando a formar parte de ese bagaje interno que contribuye a ir esculpiendo tu personalidad. Ayer fue el último día de trabajo de mi trayectoria laboral en torno a una profesión que aunque dura, en cuanto a dedicación y horarios, ya que el periodismo exige estar en permanente estado de guardia durante las 24 horas del día, resulta ágil, cercana y apasionante, al permitirte ser testigo casi presencial y directo de cuanto ocurre en tu entorno. Una profesión, por tanto, que me ha brindado la posibilidad de estar conectado con la más vibrante actualidad durante décadas y de conocer personajes dispares, divertidos, inteligentes, cultos, profundos, frívolos y, en definitiva, interesantes que, poco a poco, van pasando a formar parte de ese bagaje interno que contribuye a ir esculpiendo tu personalidad y se incorporan de alguna forma para ir conformando tu imagen a lo largo de tu andadura profesional y humana. Una profesión que ahora me toca dejar en cierta manera apartada, ya que nunca me podré desvincular de forma total de MELILLA HOY.
Han pasado más de tres décadas desde que Enrique Bohórquez me trasmitiera su ilusionante y difícil proyecto de dotar a Melilla de un periódico ya que, por entonces, la ciudad padecía un vacío total de información escrita. Desde ese momento, corría el año 1984, le ofrecí mi colaboración, que aceptó, y desde el 21 de abril de 1985, fecha en que vio la luz mi querido MELILLA HOY hasta ayer, ha transcurrido una fecunda etapa en la que no hemos tenido el más mínimo roce, sino un gran respeto y cariño por ambas partes. De ahí que mi primer "profundo agradecimiento" sea para mi buen amigo Enrique.
En estos momentos recuerdo aquellos inicios en los que algunos no daban un año de vida a MELILLA HOY. Pues han pasado muchos más, en concreto 32, siendo el periódico de referencia de la ciudad y deseo y estoy seguro que lo seguirá siendo durante muchos más.
Y como no podía ser de otra manera mi "profundo agradecimiento" a la gran familia de MELILLA HOY, a todos sin excepción, de corazón, porque el equipo humano, al completo, del periódico, es su mejor activo. Tenía la intención de dejar constancia de mis sentimientos sobre cada uno de mis entrañables compañeros, pero por deformación profesional periodística y no extenderme para no aburrir, los voy a personalizar en nuestro director, Mustafa Hamed y en su permanente compromiso y entrega a MELILLA HOY. Al margen de lo profesional, una buena persona que ha aguantado siempre con una excelente actitud mis malos momentos y ha estado a mi lado brindándome su incondicional apoyo en mis situaciones más difíciles. De ahí, mi más "profundo agradecimiento" a mi querido amigo Musti. Y algo, en términos similares, podría decir de cada uno de mis inolvidables compañeros. Vaya por todos.
Y aunque con el riesgo de resultar reiterativo es inevitable dejar merecida muestra de mi más "profundo agradecimiento" a todos los que durante mi trayectoria periodística me habéis regalado vuestra inestimable ayuda y colaboración para poder desarrollar mi trabajo de la mejor y más honesta manera posible. Entidades, organismos, estamentos, corporaciones, asociaciones de todo tipo, colectivos y particulares. Sigo siempre a vuestra disposición. A todos, mi respeto y cariño.
Y ya en el ámbito personal, mi más "profundo agradecimiento" a mis entrañables amigos y a mi queridísima familia que, también por no extenderme, representan mis adorables hermanos Mariví, José Luis y, mi también hermano, Enrique Ibáñez.
Siento haber resultado probablemente empalagoso, pero creo que la ocasión lo justifica. Feliz Navidad a todos y mi más "profundo agradecimiento"…
Ángel Meléndez
