El presidente del Gobierno melillense, Juan José Imbroda, rompió ayer una lanza en favor de la gestión que la Ciudad Autónoma lleva a cabo con los menores extranjeros no acompañados en la Purísima, un centro que, si bien admitió que sufre una sobreocupación por la “avalancha” de menores que se ha producido en poco tiempo, también aseveró que da una buena atención a los niños y adolescentes que viven en él. “Hay más de los que pueden caber, porque se nos ha venido una avalancha y no tenemos más espacio, pero los que están dentro ahora mismo están bien alimentados, equipados y tienen todas las necesidades básicas cubiertas”, afirmó el presidente. Señaló en este punto que Melilla tiene que pagar como “peaje” su condición de vecino de Marruecos. Se mostró también de acuerdo en que las ONG puedan asumir la tutela de menores, como plantea el Defensor del Pueblo, pero “fuera de Melilla”. Mostró sus dudas de que dicha institución encuentre autonomías dispuestas a “llevarse a estos menores”.
