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¿Quién es Jesús (‘Isa) para el Islam?

En estas fechas navideñas, en las que, en nuestra multicultural ciudad, miembros de diferentes cultos disfrutamos juntos de esta época del año, cabe preguntarse qué visión tienen unas religiones sobre las otras. En el caso particular de la Navidad, al tratarse de la conmemoración del nacimiento de la figura principal de la religión cristiana, Jesús, resulta interesante pararse a indagar acerca de esta figura, una de las más relevantes de la historia de la humanidad, a través de la óptica de una religión más joven, el Islam, que recoge a través de su escritura sagrada -de una manera particular y ampliamente desconocida- la vida y obra de esta figura, para unos hijo de Dios y parte de una Trinidad divina y para otros un mero humano, aunque también un siervo de Dios, un Mensajero y un Profeta. Pese a que las diferencias entre ambas ópticas son inmensas, existen coincidencias y curiosidades dignas de mención.

En estas fechas, en nuestra ciudad celebramos las Navidades de una manera particularmente sincrética, ya que vemos que tanto musulmanes como cristianos participan de la Navidad a pesar de que, técnicamente, se trata de una fiesta exclusivamente cristiana.
En Navidad los cristianos conmemoran el nacimiento de Jesús, pero ¿Quién es ‘Isa para los musulmanes? ¿Qué papel tiene reservado el Islam para el Mesías del cristianismo?
Las tres grandes religiones monoteístas, Judaísmo, Cristianismo e Islam (por orden de aparición), comparten una misma tradición profética, cuyo denominador común es Abraham (Ibrahim, en el Islam).
Esta “tradición profética” común no implica que siempre se venere o reconozca a los mismo profetas -las listas difieren entre religiones- pero el Islam sí que trata extensamente la figura de Jesús, quien aparece nombrado hasta 35 veces en el Corán, y aunque la versión que tiene el Islam de Jesús es bastante desconocida por el cristianismo, hay tanto similitudes como diferencias curiosas entre ambos credos.
Según la tradición islámica ‘Isa, o Jesús, fue anunciado por un profeta anterior, Juan el Bautista, y nació de Maryam tras anunciarle el arcángel Gabriel que sería la madre de un “muchacho puro”, siendo éste concebido por el espíritu (ar-ruh) de Dios. El Corán reconoce a ‘Isa como un siervo de Dios y un Profeta verdadero (Cor. 19,16-34; 3, 42-48).
Según el Islam, ‘Isa fue enviado por Dios como un profeta y un mensajero, no como un Mesías, cuya misión era recordar a los hijos de Israel el monoteísmo puro (el tawhid, primer pilar del Islam), confirmar la Torah y presentar una nueva escritura, el Evangelio (Al-inyil), donde se anuncia la llegada del Profeta Muhammad.
Con tal propósito, y con permiso de Dios, desde el Islam se afirma que ‘Isa obraba milagros como “dar vida a pajarillos de arcilla” o “resucitar muertos”, milagros que resultaron inútiles ante la incredulidad de los Israelitas, siendo sus apóstoles los únicos fieles que se sometieron a la voluntad de Dios.
La versión musulmana de la muerte de Jesús también es muy diferente a la cristiana dado que, según la tradición islámica, ‘Isa no fue crucificado. Ante la intención de los israelitas de matarlo, Dios creó una ilusión de que lo hacían, pero realmente lo hizo ascender a los cielos, de donde descenderá antes del fin de los tiempos como “signo de la hora”, para testificar contra los cristianos por haberle elevado a la categoría de Dios.
Como se puede ver, Jesús es un personaje importante en el Islam, un hombre santo y un Profeta, si bien la veneración de los santos no está permitida en el Islam sunní por contravenir el monoteísmo, que supone no venerar a ninguna figura más que al propio Dios (Allah).

Únicamente un modelo de Profeta

Si bien el Corán, como hemos visto, trata extensamente la figura de Jesús, en la escritura sagrada del Islam no se hacen referencias concretas a sus enseñanzas, sino que se le presenta como un precursor del Profeta Muhammad; un modelo de Profeta, un humano, enviado por Dios para juzgar a la humanidad por adorar a falsos ídolos y para ofrecerle la posibilidad de adorar al único Dios verdadero. A diferencia del cristianismo, Jesús no es Dios ni hijo de Dios, se niega su crucifixión y el misterio de la Trinidad (que se considera, directamente, politeísmo) y no sólo no se hacen referencias explícitas a sus enseñanzas, sino que se rechazan frontalmente todas las doctrinas vinculadas a su figura.
Pese a la presencia de Jesús en la tradición islámica, las diferencias entre los cultos musulmán y cristiano, a nivel teológico, son muy profundas y se cimentan sobre la base del mismo primer pilar del Islam.

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Fernando Lamas Moreno

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