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El Sindicato Médico afirma que las agresiones de la 'Kale Borroka sanitaria melillense’ son diarias

Jesús Delgado Aboy, presidente del Sindicato Médico de Melilla

El Sindicato Médico de Melilla recurre al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la búsqueda de soluciones a la escalada "cuantitativa y cualitativa de las agresiones a personal sanitario" en Melilla. También deja claro que recurre al jefe del Ejecutivo central porque no confía en la operatividad ni del Ministerio de Sanidad ni de la propia Ingesa, de las que propone su desaparición, a tenor de que "desde 2012 no se ha tomado iniciativa alguna" sobre este particular. Afirma que estos comportamientos agresivos por parte de la "Kale Borroka sanitaria melillense" no son puntuales, sino diarios. Apostilla el sindicato que "la situación es insostenible" y que "las agresiones verbales son diarias en zonas conflictivas, como el Centro de Salud de Cabrerizas o los servicios de Urgencias extra-hospitalarios y hospitalarios". Entienden que "no es de recibo que los trabajadores públicos pasen miedo todos los días en sus puestos de trabajo, con el único objetivo al finalizar la jornada de trabajo, de poder volver a casa sin ser agredido".

Kale Borroca
La organización deja de manifiesto que no puede "tolerar la existencia estructural de violencia sanitaria por parte de un porcentaje creciente de usuarios que intimidan y amenazan diariamente a los sanitarios, merced a la sensación de impunidad que poseen, gracias a la inacción de la administración". Este tipo de conductas violentas estructuradas, la "Kale Borroka sanitaria melillense" como la denomina, no son actos puntuales, "sino una forma de comportamiento habitual más propio de conductas filoterroristas o filonazis, que de usuarios de servicios públicos gratuitos, muchos de los cuales tienen que agradecer al Estado español la existencia de una sanidad pública universal, que no tendrían en otros sistemas sanitarios", apostillan.

Por todo ello, lamentan la agresión sufrida por una médico del centro de salud de Cabrerizas este jueves. Afirman que es "una excelente profesional y mejor persona" que acude a trabajar aún con una patología crónica y un bebé de corta edad porque antepone "su vocación a su salud y la asistencia a sus pacientes a sus propios derechos personales". En consecuencia, "el Estado español que ha tolerado esta agresión, debe reaccionar enérgicamente para que se castigue de forma ejemplar al agresor y para que estos hechos no se repitan".

Demandas
En su escrito, el Sindicato Médico recuerda las recomendaciones que han enviado al Ejecutivo central desde 2012 para cortar de raíz estos hechos, "sin que hayan sido tenidas en cuenta". Proponen medidas organizativas como el cierre de infraestructuras obsoletas; que los tiempos de visita sean similares al resto de España; una equiparación en recursos humanos y técnicos al resto del país; evitar masificaciones en salas de espera; una independencia de los circuitos de acceso de personal sanitario y pacientes; y un control de acceso con DNI a los centros sanitarios.

Asimismo demandan la detención y puesta a disposición judicial de todas aquellas personas que realicen actos antisociales o que obstruyan la atención sanitaria; equiparar la violencia contra sanitarios a delito de terrorismo; que haya protección policial permanente en centros de salud y Urgencias hospitalarias; realizar cambios legislativos para equiparar las agresiones a personal sanitario a las agresiones contra autoridad; sanciones administrativas y judiciales a los agresores; pérdida del derecho a la sanidad universal para los violentos, limitándose a atención urgente; expulsión del país de los extranjeros que atenten contra personal sanitario, y la pérdida de cualquier tipo de ayuda pública, de cualquier entidad a usuarios violentos.

Pero el sindicato va a más, e incluso solicita un cambio en el status del personal sanitario para equipararlos al de autoridad, semejante a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, "incluyendo la formación en autodefensa e, incluso, la posibilidad de portar armas". Reconocen que algunas de estas propuestas son "contundentes, pero no por ello dejan de ser lógicas y objetivas, y es que la situación en Melilla es insostenible, no sólo a nivel sanitario, y requiere de medidas efectivas y eficaces".

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Redacción

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