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Con un ojo puesto en el 17-E

El 2018 también pasa por Cataluña, un panorama que se sigue con expectación también desde Melilla, porque lo que sucede en dicha autonomía después tiene su reflejó en el resto de España, incluida nuestra ciudad autónoma, que trata de evitar los vaivenes que provocan los independentistas” La sombra de Cataluña oscurece los datos incuestionables que ofrecen los buenos indicadores económicos del conjunto de España, como son un crecimiento que se acercará al 3,1%, recuperación del PIB previo a la crisis y 19 millones de trabajadores, dos más en cuatro años.

La incertidumbre política ante el camino que escogerán los próximos gobernantes de la Generalitat es, a día de hoy, muy alta. Sin embargo, el intento de secesión promovido por los independentistas ha servido para que se conozca qué resortes democráticos puede utilizar un Estado de Derecho como el español si alguien ataca su Constitución y vulnera la legalidad, en referencia al artículo 155. Pero, desde luego, sería deseable no probar la profundidad de ese hipotético bucle.

La tregua de estas fiestas acabará pronto. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anunció recientemente que el 17 de enero se constituirá el nuevo Parlamento catalán. El Gobierno evita agotar el plazo legal porque, evidentemente, urge que el tablero se clarifique cuanto antes. Sí que parece más un deseo que una posibilidad real su cálculo de que diez días después podría celebrarse la primera sesión de investidura para elegir al nuevo presidente.

Al tiempo, tachó de "absurdo" que Carles Puigdemont y los suyos sopesen cualquier modalidad telemática para gobernar "desde el extranjero". Ésa es la gran incógnita: si los nacionalistas fían toda su estrategia a la figura del ex presidente y sus cuatro ex consejeros huidos a Bruselas y que, hasta ahora, rechazan regresar a España y someterse a la actuación de los tribunales, o son capaces de plantear otra alternativa en la que prevalezca el sentido común. Lo cierto es que Cataluña condiciona la política española.

El presidente del Gobierno ha sido incapaz de convencer al PNV para que respalde los Presupuestos de 2018 y ha pospuesto "a enero" la continuidad de las conversaciones. Y también resulta impensable que el PSOE, tras su aval al 155, apoye ahora unas cuentas que le despejarían el panorama al PP.

Por ello, el 2018 también pasa por Cataluña, un panorama que se sigue con expectación también desde Melilla, porque lo que sucede en dicha autonomía después tiene su reflejó en el resto de España, incluida nuestra ciudad autónoma, que trata de evitar los vaivenes que provocan los independentistas.

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